vitoria. Extremadamente emotiva le resulta a Iñaki Aldekoa la pequeña escultura del niño Iqbal Masih de Correos, un homenaje de Casto Solano a este pequeño, asesinado en abril de 1995, a los 12 años, en Pakistan, por defender los derechos de los niños esclavos de su país. La obra, en bronce y piedra, a menudo pasa desapercibida. Precisamente por ello, el candidato de Aralar, siempre concienciado con la dura situación de la infancia en los países subdesarrollados, elige retratarse junto a Pensador niño. Su itinerario artístico continúa por la escultura de Marrodán, La inocencia, lo inesperado, como expresión de futuro y, cómo no, la de su tocayo Ignacio Aldecoa de la Florida. Foto: jorge muñoz