Londres. Casi un 69% de los británicos votó el jueves en contra de la reforma del sistema electoral en el Reino Unido. Esto implica que el sistema que otorga el escaño por cada circunscripción al candidato más votado y obvia el número de votos globales de cada partido, seguirá vigente. Además de este plebiscito, el jueves estaban en juego 279 autoridades locales de Inglaterra, donde los laboristas mostraron una notable recuperación un año después de haber perdido el poder en el ámbito nacional. Una proyección de los datos a esta escala les otorga un 37% del apoyo, hasta diez puntos más que en las generales de 2010. Los conservadores se mantendrían en el 35% de entonces y la tercera fuerza, los liberales, caería a un exiguo 15%.
En este sentido, la del jueves era la primera cita con las urnas tras la transición del pasado mayo y se saldó para la actual oposición con la toma de control de casi 30 consistorios más; mientras que los tories aguantaron el pulso, con apenas variaciones en sus fuertes; y los liberaldemócratas perdieron una decena de ayuntamientos, prácticamente los mismos con los que se quedan tras esta cita con las urnas, en la que sufrieron especialmente en el Norte, con la pérdida de Sheffield o Bristol.
Así las cosas el gran perdedor de la cita fue el líder liberal, Nick Clegg, que tras meses de desgaste como consecuencia, principalmente, de la impopularidad de las medidas adoptadas por el Gobierno, ve como la factura la paga él y no el conservador David Cameron.