vitoria. Antes del viernes. El caso Bildu acabará, a corto plazo y si no llega al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, antes de que se dé la salida a la campaña electoral. Para entonces, los seis magistrados de la Sala Segunda del Tribunal Constitucional deberán respaldar o revocar la decisión del Supremo de no permitir que Bildu concurra el 22-M a las urnas. A diferencia de 2007, será la Sala Segunda y no la Primera -por estar incompleta- la que repase las listas de Bildu, si EA y Alternatiba incurren en el "fraude" que sentencia la Sala del 61 del Supremo.
Como hace cuatro años, el tiempo en el que el tribunal presidido por el vicepresidente del Constitucional, Eugeni Gay, tomará una decisión de semejante trascendencia es muy limitado.
A priori, y aunque el vicepresidente primero español, Alfredo Pérez Rubalcaba, intente apartarse al señalar "no reconocer ese lenguaje", las cábalas de las horas previas se centran en la adscripción ideológica de cada uno de los seis magistrados. De buenas a primeras y antes de empezar, con Gay, Elisa Pérez Vera y Luis Ignacio Ortega por un lado, y Francisco Hernando, Ramón Rodríguez Arribas y Francisco Pérez de los Cobos por el otro, se presenta un empate a tres.
Si esta predicción se trasladara al resultado final, obligaría a Gay a tomar una decisión que juristas consultados por este periódico no son capaces de expresar con unanimidad. Algunos apuestan por que el voto de calidad del presidente de la Sala -calificado de progresista- sea el que decida, mientras que otros afirman que, si para el miércoles ya hubiera reunión del Constitucional y se viera por dónde van las tesis, Gay podría extender la responsabilidad al resto de compañeros del Tribunal al elevar la decisión a una sesión plenaria.
A ella acudirían los siete magistrados progresistas y los otros cuatro conservadores. Cabe recordar que, en 2007, cuando el Supremo falló en contra de determinadas listas de ANV pero sí permitió las de otras localidades, el Constitucional presidido por María Emilia Casas avaló este dictamen por unanimidad, al margen de adscripciones ideológicas de partida. Si el resultado no cambiara, esto es, si la Sala Segunda diera el visto bueno a lo decidido por sus colegas del Supremo, Bildu ya ha anunciado que agotará todos los caminos judiciales a su disposición, lo que incluye la opción de acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que no fallará antes del 22.
Además, la coalición ya ha planteado la posibilidad de pedir ante esta última instancia la anulación de las elecciones municipales y forales, que se toparía con muchas dificultades para prosperar.