BILBAO. No es el apocalipsis, pero la gravedad de la decisión que hoy adopte el Tribunal Supremo para el devenir de la convivencia en Euskadi propició ayer que los líderes políticos quemaran sus últimas naves dialécticas antes del veredicto final hoy sobre Bildu. Quizá por ello Iñigo Urkullu rompió con su habitual mesura y verbo medido y bajó a la arena para poner negro sobre blanco las incoherencias del Partido Socialista en relación a su actuación contra la coalición impugnada. El presidente de la ejecutiva nacional del PNV acusó a los socialistas de ser los artífices materiales de primero Sortu y luego Bildu tengan la espada de Dámocles de la ilegalización sobre sus espaldas.

En un artículo titulado Démonos una oportunidad publicado en su blog, el burukide jeltzale matiza que lo que ocurra hoy con Bildu, más allá de lo que dictaminen los jueces, es responsabilidad de PSE y PSOE, a los que atribuye "la decisión y el impulso político" del veto a la formación de la izquierda abertzale tradicional. En el caso de los socialistas vascos, la maniobra respondería, a juicio de Urkullu, a un interés electoral y de supervivencia del pacto con el PP, mientras que en el otro caso, la actuación de Zapatero y Rubalcaba responderían al miedo ante la presión del partido presidido por Rajoy.

A renglón seguido, Urkullu desliza otra acusación de calado dirigida hacia el Gobierno Vasco personificada en su consejero de Interior, Rodolfo Ares. Se refiere a la incongruencia política entre el hecho constatado de que con una mano retira escoltas a "troche y moche" -supuestamente porque tiene informaciones de que algo ha cambiado definitivamente-, y al mismo tiempo y con la otra mano "facilita decenas de informes, y qué informes, para soportar que Bildu está contaminada".

Los informes a los que alude Urkullu fueron entregados por el Departamento de Interior del Gobierno Vasco a la Abogacía del Estado y Fiscalía para sumarlos a la pieza de impugnación de las listas de Bildu. En referencia a las acusaciones de contaminación, Urkullu advierte de que aunque "quizás las candidaturas de PSE-PSOE y PP estén "limpias", quizás "el PSE y el Gobierno vasco, y el PSOE y el PP tienen, o han tenido, asesores o cargos de designación susceptibles de ser contaminados", en referencia principalmente a personas procedentes de Euskadiko Ezkerra que previamente militaron en ETA pm. "Ya que los tribunales no actúan de oficio, ¿podrían las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, incluida la Ertzaintza, investigar la posible contaminación de los ejecutivos y los órganos dependientes de los mismos? ¿No podríamos, en tal caso, promover iniciativas ante el Tribunal Supremo para la ilegalización de dichas instituciones, verdad?", se pregunta.

Por último, Urkullu matiza que esto "no es una cuestión de tiempos ni de ritmos", ni de "confundir la política antiterrorista con la normalización". "Los principios no entienden de tiempos y mucho menos de elecciones", señala, antes de recordar que la participación política plena es "una cuestión de principios" que el PNV lleva planteando desde la existencia del Pacto Antiterrorista y Ley de Partidos. Por ello, insiste en que la advertencia lanzada al presidente Zapatero de retirarle su apoyo si Bildu no está presente en las próximas elecciones no es "ni escenificación ni órdago de farol".