vitoria. Los procesos judiciales se le acumulan a Arnaldo Otegi. La libertad provisional decretada hoy por la Audiencia Nacional en la causa en la que se investiga la financiación de ETA a través de las herriko tabernas no será suficiente para que el exmahaikide abandone la prisión preventiva. Seguirá encarcelado a la espera de que se resuelva el caso Bateragune, denominación que esconde el supuesto intento de reconstrucción de la dirección de la izquierda abertzale ilegalizada.
En un auto notificado ayer, la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia señala que aún no ha podido fijar la fecha del juicio para resolver la causa de las herriko tabernas y que en Otegi "concurren unas circunstancias de arraigo personal y familiar que, en principio, parecen hacer disminuir el riesgo de fuga". También argumenta que el riesgo de reiteración delictiva "ha disminuido y a pesar de que éste permanece también se considera que no es de la suficiente intensidad como para mantener la medida de prisión provisional".
La Sala, por ello, acuerda la libertad provisional del exportavoz de Batasuna, al que impone una fianza de 50.000 euros y la obligación de comparecer una vez por semana en el juzgado, si bien estas medidas no tendrán efecto porque Otegi no saldrá de prisión.
La Fiscalía había informado a favor de la libertad de Otegi, que llevaba diecisiete meses en prisión preventiva por esta causa -en total suma ya año y medio de cárcel- mientras que las acusaciones populares se habían opuesto.
homenaje a sagarduy La tercera cuenta pendiente del líder abertzale con la Justicia reside en el supuesto delito en el que incurrió al participar en julio de 2005 en un homenaje tributado al miembro de ETA recientemente excarcelado José María Sagarduy, Gatza.
Otegi ya fue juzgado y condenado a dos años de prisión y 16 de inhabilitación por estos hechos. No obstante, el Tribunal Supremo anuló la sentencia al considerar que el tribunal de la Sección Cuarta encargado de la causa incurrió en una falta de imparcialidad.
El Supremo, que ordenó volver a celebrar la vista oral, destacaba que la presidenta del tribunal que le enjuició, Angela Murillo, no fue objetiva. Murillo preguntó al dirigente de la izquierda abertzale durante la celebración del juicio: "¿Usted condena rotundamente la violencia?", cuestión a la que Otegi respondió "no voy a contestar". La juez dijo entonces "muy bien, ya lo sabía".
El Supremo consideró que la juez "expresó un prejuicio" en contra del acusado y ordenó retrotraer las actuaciones a la fecha anterior al señalamiento del juicio "para que, por un tribunal compuesto por magistrados distintos de los que firmaron la sentencia anulada, se celebre un nuevo juicio oral -que tendrá lugar los días 12 y 13 de julio- en el que resolverán con libertad de criterio".