VITORIA. El portavoz parlamentario de Ezker Batua, Mikel Arana, trató ayer de sacarle los colores al lehendakari a costa del "triste" papel que a su juicio está jugando en la negociación de las transferencias pendientes del Estatuto que el PNV está llevando a cabo con el Gabinete Zapatero a raíz del pacto por el que los jeltzales posibilitaron la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.
La intención de Arana era acorralar a López para tratar de sacarle algún compromiso que rompiera su inmovilismo ante esta negociación. "Aunque se proclama defensor del desarrollo estatutario, este Gobierno no está haciendo nada para que lleguen a Euskadi las cinco competencias pendientes que tenían que haber sido transferidas el pasado 31 de marzo". "Están ustedes dando una imagen triste", lamentó, como triste consideró también el hecho de "que sean las necesidades del presidente las que determinen cuándo se transfieren o no se transfieren" las materias que por ley tendrían que estar en manos de las instituciones vascas desde hace más de tres décadas. Quien está negociando realmente es el PNV, "no son ustedes", denunció, antes de proponer al Gobierno Vasco que al menos intente introducir a uno de sus representantes en la comisión bilateral en la que se desarrollan las negociaciones entre socialistas y jeltzales para después saber al menos "lo que firma" cuando la transferencia ya está pactada en Madrid y llega a Euskadi.
el paraguas de la última instancia El hecho de que sean los grupos de PNV y PSOE en Madrid quienes están cocinando la llegada a Euskadi de un buen puñado de transferencias pendientes del Estatuto de Gernika se ha convertido desde la firma del pacto presupuestario en el Congreso en todo un sapo cruzado en la garganta del lehendakari. Es evidente que la cuestión le incomoda y sabe que le está costando algunas críticas incluso de sus socios preferentes del PP vasco y de sus propios compañeros de partido. Por eso, su defensa se centra en dos frentes: tratar de reivindicar con uñas y dientes que será él quien diga la última palabra sobre lo pactado en Madrid, y acusar al mismo tiempo a quien le busque las cosquillas con esta cuestión -como hizo ayer Arana- de querer simplemente seguir erosionando su imagen.
López aseguró que "desde el inicio de la legislatura" su Gobierno se marcó entre sus objetivos el desarrollo del Estatuto, y haciendo un poco de historia, se remontó a 2009 para subrayar la puesta en marcha de la comisión bilateral que debería haber fructificado sin necesidad de que mediara el PNV. Sin embargo, ya que este partido lo tuvo que hacer -algo que López utilizó para apuntarse el tanto del giro estatutista de los jeltzales- reconoció que se está llevando a cabo un trabajo bilateral "intenso y provechoso". Tanto, que aunque no concretó fechas ni contenidos, se permitió decir que espera poder anunciar "en breve" la convocatoria de la correspondiente comisión mixta para materializar el traspaso de varias de estas materias.
En este sentido, para reivindicar su papel al abrigo de esta última instancia intergubernamental, garantizó a Arana que si PSOE y PNV pactara algo que él no aprueba, "ni se firmaría ni se materializaría el traspaso". A continuación, pasando al contraataque al que creyó verse obligado, el lehendakari concluyó su turno de réplica contestando con sorna al parlamentario de izquierdas: "usted quédese con la publicidad que le interesa a alguno sobre esa comisión. Pero le reitero que el trabajo de verdad lo está haciendo este Gobierno con los diferentes ministerios".
"Yo no sé cómo le tengo que preguntar las cosas para que me responda", concluyó frustrado Arana al finalizar el último asalto de un debate que amenaza con seguir quitándole el sueño a Patxi López.
ÁLVARO GONZÁLEZ
CRÓNICA PARLAMENTARIA