Desde que se iniciaron los registros en este caserío, la Guardia Civil ya ha encontrado cerca de una tonelada de material para fabricar explosivos y otros objetos como tres escopetas de repetición con abundante munición, material electrónico, detonadores, cuatro teléfonos móviles y 4.000 euros en metálico, según las mismas fuentes.
El caserío de Legorreta suponía uno de los principales almacenes de ETA a partir del cual el 'comando Erreka' abastecía a los comandos de la organización, según las citadas fuentes. Su desarticulación ha supuesto el mayor golpe al almacén de explosivos de ETA desde la desarticulación de la base portuguesa de Obidos en febrero de 2010.