Vitoria. La izquierda abertzale ilegalizada respondió ayer al tiroteo protagonizado por dos miembros de ETA con inusual claridad en ella. "Calificamos lo ocurrido como sumamente grave. Los compromisos adquiridos por ETA con el alto el fuego no son en absoluto compatibles con el tiroteo, siendo incomprensible e inaceptable lo acontecido", aseguró con una contundencia que, sorprendentemente, superó incluso la terminología empleada desde el sábado por las otras dos patas de la suma soberanista que abandera Bildu, EA y Alternatiba.
El comunicado enviado ayer por este sector matiza con inusitada precisión en su historial el declarado compromiso de la izquierda abertzale con la erradicación de todas las expresiones violentas, en una apelación tajante a ETA por la que le exige que explique qué ha fallado para que dos de sus integrantes hayan provocado un incidente que no dudó en rechazar "tanto por su gravedad, como porque entorpece la nueva fase abierta en Euskal Herria".
La hoja de ruta de Gernika La izquierda abertzale ilegalizada había plasmado hace meses su firma en el Acuerdo de Gernika, que exigía a ETA la declaración de un alto el fuego "como expresión de voluntad para un definitivo abandono de su actividad armada". Por eso, ante el último tiroteo, no dudó en reafirmar su "compromiso" con estos términos y hacer dos llamamientos en virtud de este pacto que considera una "hoja de ruta" hacia la paz. El primero, dirigido directamente a ETA "para que se ratifique en los compromisos de alto el fuego y tome medidas para evitar que se repitan sucesos como éste". El segundo, a un Gobierno que sigue viendo inmóvil y al que, independientemente de lo sucedido el pasado sábado, animó a responder "de una vez" tendiendo puentes y desactivando sus mecanismos de "represión". Asimismo, y ya que a su juicio "la nueva era abierta no tiene vuelta atrás" animó a crear "cuanto antes" una comisión de verificación que encarrile los aspectos técnicos del final de ETA.
A este acuerdo se referían ayer Pello Urizar, Oskar Matute y Mertxe Aizpurua, en nombre de Bildu, para subrayar que el tiroteo "va en dirección contraria" a los principios que vertebran ese pacto, pero recordar que el alto el fuego de ETA sigue en vigor.
Claridad bajo la "doble lupa" La declaración de la izquierda aber-tzale llegó a media tarde, después de una mañana en la que sobre ella habían arreciado críticas de diferentes calibres por su silencio ante el enfrentamiento violento que se saldó con un gendarme herido.
Bajo esa "doble lupa" que los máximos responsables de Interior habían advertido que utilizarían para medir sus pasos, Bildu se vio obligada a jugar un papel que le situó a medio camino entre un frontón que soportaba los embates de PP y PSOE y un paraguas que protegía la integridad de la apuesta por la paz de la suma soberanista que abandera. Tenía que hilar fino en un momento en el que su simple "rechazo" del "incidente" -sin adjetivos calificativos como los que luego usó la izquierda abertzale ilegalizada- le había colocado en el disparadero de unos adversarios que le exigían claridad. "Ha llegado el momento de la clarificación", y "llamar incidente a lo que es un intento de asesinato de un gendarme no deja de ser un sarcasmo", una "broma de muy mal gusto" y una reacción "que hay que denunciar", había dicho el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre el posicionamiento de la coalición soberanista. "No valen palabras a medias, no valen disculpas, ni justificaciones", sino que hay que ser "contundente en el rechazo a la violencia" y los pasos tienen que ser "mucho más profundos", añadió el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. "Se condena la utilización de la violencia o no se condena. No caben medias tintas en este asunto", compartió el lehendakari, mientras el PP atacaba la linea de flotación socialista advirtiéndoles de que "los demócratas no tienen que cambiar su posición". "Además de poner dos lupas", lo que "alguno" tiene que hacer es "quitarse las vendas de los ojos", dijo Antonio Basagoiti para no legalizar un proyecto, que a su juicio, se había "retratado". Son "comentarios interesados y malintencionados" que pretenden trasladarnos "la mancha de la sospecha y de la duda", se defendió Bildu.
Pero la izquierda abertzale sí puso apellidos al incidente y profundizó en su cara a cara con ETA, profundizando así en la reivindicación de su propio espacio frente a la organización terrorista. Frente a este pronunciamiento y al de Bildu, Sortu guarda silencio, cuando faltan 48 horas para que la Sala del 61 del Tribunal Supremo se reúna para estudiar el incidente de nulidad contra su ilegalización.