Abiyán. Las calles de Abiyán, escenario de una cruenta lucha por el poder, están regadas de incontables cadáveres, en lo que Naciones Unidas consideró una situación humanitaria "alarmante", y las violaciones a los derechos humanos en ambos bandos han sido constantes. Tras una semana de intensos combates entre las fuerzas leales a Alassane Ouattara, reconocido por la comunidad internacional como mandatario electo, y las de Laurent Gbagbo, presidente saliente, la capital económica de Costa de Marfil vivió ayer un día de relativa calma. El discurso que Ouattara dirigió la noche del jueves al pueblo marfileño sirvió para relajar la tensión y ayer solo se escuchaban disparos esporádicos. "Desde anoche no hemos oído un solo tiro, pero no nos atrevemos a salir", explicó el empleado de un hotel de Le Plateau, que no ha podido regresar a su casa desde el inicio de la ofensiva de las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI, fieles a Ouattara), el pasado 31 de marzo.
Tras el anuncio del presidente electo de medidas que permitan un retorno gradual a la normalidad y la reanudación de la actividad económica, los marfileños se mantienen a la espera de su aplicación. Entre los puntos anunciados se encuentra la suavización del toque de queda -que será de 18.00 a 06.00 horas hasta el lunes- y la petición del levantamiento de las sanciones impuestas por la Unión Europea a los principales puertos del país, Abiyán y San Pedro, primer exportador mundial de cacao. Sobre este último punto, la UE acordó ayer levantar parte de estas sanciones. En concreto, los Veintisiete desbloquearon las medidas contra los puertos y varias empresas vinculadas al negocio del cacao con el fin de reabrir las exportaciones, que suponen la principal fuente de ingresos marfileña. La decisión entrará en vigor el martes.
Apoyo a Ouattara Mientras, el Gobierno francés consideró ayer que la "era Gbagbo está cerrada", en alusión al gobernante saliente marfileño, que se resiste a entregar el poder. El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, habló ayer con Ouattara, a quien comunicó que Francia apoya "las medidas que anunció para empezar con la reconstrucción del país". Francia mostró su apoyo a los principales puntos anunciados por Ouattara en su discurso: el restablecimiento del orden público, en especial en Abiyán, su "firme compromiso" en la lucha contra la impunidad de las violaciones de los derechos humanos y la "determinación" en la reconciliación y la unidad nacional.
Algunos de los disparos que se escucharon ayer fueron efectuados en el barrio de Cocody, donde se ubica la residencia oficial de Gbagbo, que se encuentra atrincherado en los sótanos del edificio junto a su familia y sus fieles. "Cuando volvimos a escuchar disparos, teníamos miedo. Pensamos que podría tratarse de la reanudación de los combates, pero entonces nos dimos cuenta de que eran tiros aislados", señaló un vecino de Cocody. Aunque en Le Plateau, céntrico distrito en el que está el Palacio Presidencial, estaba en calma, los vecinos siguen en sus casas.
Aunque los combates parecen haber cesado, la situación de las familias abiyanesas es muy precaria, sin agua, ni luz y con escasez de alimentos, después de varios días encerradas en sus casas. En el oeste del país, la situación no es mejor. Rupert Colville, portavoz de la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, confirmó ayer que se había hallado un centenar de cadáveres de la etnia gueré en Duékoué, lo que eleva la cifra a 244 víctimas, agregó Colville, quien dijo que algunas de estas personas habían sido quemadas vivas. Los muertos apoyaban a Gbabgo y habrían sido asesinados los días 28 y 29 de marzo cuando las fuerzas de Ouattara tomaron el control de esa ciudad.