sevilla. El consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, Luis Pizarro, hombre de confianza durante catorce años de Manuel Chaves al frente del PSOE-A, presentó ayer su dimisión, una decisión que abre la quinta crisis del Gobierno autonómico desde que comenzó esta legislatura en 2008. Pizarro dimitió a mediodía tras conocer que el Consejo de Gobierno destituirá hoy al delegado del Gobierno andaluz en Cádiz, Gabriel Almagro. Se da la circunstancia de que Pizarro pertenece y defiende a los socialistas gaditanos en su confrontación con la Ejecutiva regional y la destitución de Almagro ha sido el detonante final de la ruptura entre ambas partes.
Pizarro será sustituido ahora por Francisco Menacho, quien ha ejercido diversas responsabilidades en la Administración autonómica, entre ellas la de Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz entre 1994 y 2000.
La dimisión del hasta ayer consejero de Gobernación y Justicia se produce semanas después de las discrepancias puestas de manifiesto en público entre la actual dirección andaluza del PSOE, encabezada por el presidente de la Junta José Antonio Griñán, y el secretario general del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabaña, muy unido a Pizarro. A este enfrentamiento, habría que sumar el malestar que al consejero dimisionario le produjo la decisión de Griñán de destituir del ejecutivo andaluz a dos de sus hombres más próximos, Antonio Fernández, ex-consejero de empleo, y Martín Soler, exconsejero de innovación. La dimisión de Luis Pizarro, integrante del denominado Clan de Alcalá de los Gazules (corriente de izquierda) y cuyo liderazgo sigue siendo muy fuerte en el seno de los socialistas andaluces, se suma a dos circunstancias ya de por sí críticas para el PSOE-A: los malos augurios de las encuestas (todas dan por vencedores por primera vez en la historia al PP en Andalucía) y el escándalo de loe EREs financiados irregularmente con dinero público. Un hecho significativo es que el presidente del Gobierno autonómico eludió ayer pronunciarse sobre esta dimisión, mientras que la dirección, a través de su secretaria de Organización, Susana Díaz, le restó importancia al rechazar que se trate de una crisis de Gobierno, sino una que es una "sustitución". Quien sí aprovechó para hablar fue el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, quien dijo que con esta dimisión "se abre la crisis política más importante" que ha vivido Andalucía y que el problema "no es un consejero, sino Gobierno en descomposición".