Dos de abril. Comité Federal del PSOE. La fecha en rojo ya está aquí y la incógnita sigue sin desvelarse. En las propias filas socialistas hay dudas sobre si Zapatero, despejará los interrogantes acerca de su futuro electoral. El presidente calla. Pero la balanza se inclina a apuntar que no será hoy cuando haga ese anuncio. Ayer, Rubalcaba no se libró de las preguntas de la prensa sobre la cuestión, aunque esquivó el tema alegando que Moncloa no es el lugar para trata esas cuestiones. "Mañana lo sabrán ustedes", se limitó a responder, dejando todos los escenarios abiertos. Unas horas más tarde, la versión digital de El País, publicaba una entrevista a Zapatero en la que no manifestaba su decisión, pero añadiendo que piensa agotar la legislatura y que cuenta con el apoyo parlamentario suficiente para ello.

A estas alturas y después de lo que ha caído estos meses, no parece probable que el jefe del Ejecutivo español repita como candidato. La cuestión es cuál será el momento en el que se abra el debate sucesorio. Los barones territoriales han manifestado en más de una ocasión su deseo de que Zapatero desvele cuanto antes su decisión, a pesar de que eso supondría abrir un proceso de primarias en plena precampaña electoral. Un ejemplo es el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que insiste en que esta es una cuestión que debería estar zanjada. Pero desde el aparato socialista parecen tener claro que es preferible esperar, que Zapatero siga al frente y poder llevar a cabo un proceso calmado.

Si Zapatero anuncia hoy su intención de no repetir como candidato las consecuencias serían inmediatas. La opinión pública, incluso su partido, se encontraría entonces ante un presidente que quedaría devaluado y con toda una serie de reformas a medio acometer. La imagen de líder con fecha de caducidad tampoco es la mejor carta de presentación de cara a los mercados y a la política internacional. Y eso sin contar con la reacción del PP, que haría leña de la nueva situación de Zapatero y se ensañaría con el posible sucesor. Además, no queda mucho para el debate del Estado de la Nación y el Gobierno no puede afrontarlo con un presidente en esas condiciones.

Así, las quinielas apuntan a que Zapatero no desvelará hoy su decisión, aunque hay quien se inclina por pensar que quizá haga alguna alusión al tema y dé una fecha aproximada de cuándo hará público el anuncio. Hace ya días que el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias intentó dar carpetazo a las especulaciones asegurando que la cita de hoy "será un comité ordinario en el que no habrá ninguna información extraordinaria". También el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, afirmaba desconocer si el presidente se pronunciará hoy sobre su futuro, pero subrayó que él le ve "absolutamente centrado en la política económica".

Si el día del anuncio no es hoy, se abrirían entonces las apuestas sobre cuándo será el momento escogido por el presidente. Muchos apuntan a que no será antes de las elecciones de mayo. El pasado sábado, una buena parte de los grandes empresarios, con Emilio Botín al frente, pidieron a Zapatero que agote la legislatura y que aparque el debate sucesorio hasta 2012 para garantizar la estabilidad económica. Y algunas voces apuntan a que el deseo del presidente sería culminar sus reformas, para una vez hecho el trabajo sucio, dar paso al futuro candidato. La cuestión es si podrá hacerlo...

Los resultados de las municipales pueden ser determinantes para que Ferraz decida cuál será el siguiente paso. Un mal resultado para los socialistas podría desatar a un PP ávido de tropezones del PSOE para presionar a un Gobierno que quedaría tocado. Entonces, la urgencia apremiaría en el seno del PSOE. Habría que tomar decisiones con rapidez, y hay quien, desde la oposición, no ve tan descabellado un adelanto electoral.

Así, la existencia o no de urgencia, el tiempo con el que el PSOE cuente para organizar su elección de candidato, puede ser determinante a la hora de apuntar hacia uno o hacia otro. Desde hace tiempo que las alternativas a la sucesión parecen haberse quedado ceñidas al vicepresidente primero, y a la ministra de Defensa, Carme Chacón. Esta última es reflejo de esa imagen renovadora que en su día quiso proyectar Zapatero, y puede ser la alternativa de los socialistas que no quieren a Rubalcaba al frente del Ejecutivo. En cualquier caso, no deja de ser una candidata a la que todavía hay que testar a esos niveles. Rubalcaba es sin duda el más aclamado por las bases socialistas que siguen apostando por la vieja guardia. Pero es un candidato que está sufriendo el acoso y derribo del PP que ha visto en él al posible sucesor y ha iniciado una campaña de desgaste del vicepresidente manchando su imagen a base de reproches en torno al caso Faisán y a negociaciones con ETA. Por otra parte, Rubalcaba es muy efectivo como segundo, pero está por ver si el sin ti no soy nada y su discurso agresivo, funcionaría en el rol de presidente, que exige una postura más conciliadora.

Aunque su nombre no suena demasiado como posible candidato, hay quien no descarta una tercera vía, que es la del presidente del Congreso, José Bono. Según estas voces, en el caso de que el PSOE tuviera que tomar decisiones de forma precipitada, Bono sería una opción más o menos segura como alternativa a una novata Chacón y a un Rubalcaba con una imagen en este momento muy machacada por el PP.

Lo cierto es que Bono está jugando un papel importante en estas preliminares al debate sucesorio, ya que no se han ocultado las reuniones que se han llevado a cabo en su despacho del Congreso, primero con Zapatero, después con Rubalcaba y esta misma semana con José Blanco, aunque no existe certeza de que se haya tratado este tema en dichos encuentros.

La pelota está en el tejado de la especulación y ningún escenario queda cerrado.