bruselas. Francia y Reino Unido, los dos países europeos que han asumido el liderazgo de las operaciones en Libia, van a proponer a la comunidad internacional una solución "política y diplomática" para complementar el esfuerzo militar y resolver el conflicto en el país norteamericano.

El presidente, Nicolás Sarkozy, anunció ayer en Bruselas que los dos países trabajan en una "vía común" de cara a la cumbre que el próximo martes reunirá en Londres a los ministros de Exteriores de la coalición contra el régimen del dictador libio Muamar el Gadafi.

El objetivo de la propuesta franco-británica, según Sarkozy, será mostrar que "la solución no puede ser sólo militar, sino también política y diplomática", aunque no avanzó ninguna precisión al respecto.

El primer ministro británico, David Cameron, subrayó que la reunión del martes debe "dar un mensaje de unidad contra Gadafi a nivel militar, político y diplomático".

El plan de los dos socios europeos llega después de que el jueves la Unión Africana (UA) decidiese invitar a representantes de Trípoli y de la oposición a negociar un alto el fuego. Así, la delegación del Gobierno libio desplazada a la capital etíope, Addis Abeba, para esta cumbre con la UA y los gobiernos de Rusia, China, EEUU y Francia, aceptó ayer las propuestas de la organización panafricana, que incluyen reformas democráticas y diálogo con los rebeldes.

justificación Pese a esa nueva vía diplomática que pretenden abrir, Sarkozy y Cameron volvieron ayer a defender sus ataques contra objetivos de Gadafi, que han permitido evitar una "masacre" sobre la población civil, según dijo el presidente francés. "Con la intervención damos más espacio a los libios a construir su futuro sin ser asesinados", indicó Cameron, quien rechazó que Gadafi se involucre en el devenir del país. Los dos líderes coincidieron además al hacer un claro llamamiento a los leales al régimen para que lo abandonen y puedan integrarse en el diálogo político sobre el futuro de Libia, dando una idea de hacia dónde pueden dirigirse los esfuerzos diplomáticos. "Si mañana el hijo de Gadafi anuncia que esto debe detenerse, se distancia, no hay razón para considerar que no sea un acto de buena voluntad", dijo Sarkozy, cuyo país ha sido el único de la Unión Europea que ha reconocido oficialmente como interlocutor al opositor Consejo Nacional de Transición (CNT). Cameron, por su parte, insistió en esa línea: "No obedezcan sus órdenes, dejen sus tanques (...) y abandonen a este régimen porque va acabarse", dijo a las fuerzas de Gadafi.

Tras la división creada en Europa por la negativa de algunos países, especialmente Alemania, a apoyar una intervención militar en Libia como la que han liderado Gran Bretaña y Francia junto a Estados Unidos, los jefes de Estado o Gobierno de los Veintisiete quisieron lanzar ayer un mensaje de unidad. Así, en el texto de conclusiones con el que cerraron su reunión de dos días expresaron su respaldo al papel de la coalición internacional y aseguraron que sus acciones "han contribuido significativamente a proteger a los civiles".

Sarkozy señaló además que le gustaría asociar a Berlín a todas las futuras iniciativas y dijo comprender la "sensibilidad" alemana -por razones históricas- a cualquier intervención en otro país.

Por otra parte, el teniente general Charles Bouchard será el jefe de la misión internacional para imponer la zona de exclusión aérea en Libia cuando la OTAN asuma el mando de la operación, según informó ayer el ministro de Defensa canadiense, Peter MacKay. Éste, además, dejó claro que todavía no se ha cerrado la transición del mando de la coalición que en la actualidad ostenta Estados Unidos.