vitoria. Faltan dos meses y medio para que los partidos se enfrenten al examen público de las elecciones municipales y forales, pero las estrategias para lograr la mejor nota posible no son ningún secreto. Los socialistas ven al PNV como principal adversario y sus andanadas preelectorales recaen sobre Sabin Etxea con el recuerdo de la defensa del derecho a decidir exhibida por los nacionalistas como principal arma. Así lo expuso ayer el lehendakari, Patxi López, quien auguró que los jeltzales "ocultarán" esta pretensión durante la campaña electoral, pero el "riesgo está ahí".

Flanqueado por los candidatos a diputado general y alcalde de Vitoria, Txarli Prieto y Patxi Lazcoz, respectivamente, el jefe del Ejecutivo autonómico aseguró que los dos años de control autonómico socialista han asentado las bases del proyecto de este partido para Euskadi. Carente de alusiones a su socio preferente, el Partido Popular, y a cualquier atisbo de reedición de este pacto por el cambio en los ayuntamientos y las diputaciones, el discurso de López giró en torno al recorrido que el país ha completado en este bienio para alcanzar una meta en la que Euskadi "ha dejado de ser el foco permanente de la noticia convulsa, del conflicto constante".

En sendas intervenciones, Lazcoz y Prieto antecedieron en este orden al lehendakari en el turno de palabra. Y fue el aspirante a diputado general quien liberó la espita de las críticas al PNV, calificando al partido presidido por Iñigo Urkullu como la "única" alternativa a la victoria socialista en las urnas. En su visión de un partido "bajo sospecha", afirmó que los jeltzales se están preparando para "volver al pasado", una lectura que justificó en la victoria de "los radicales" cada vez que se produce un "pulso interno" en la formación nacionalista.

Este mismo argumento trasladó el lehendakari a sus compañeros de partido presentes ayer en la capital alavesa. Haciéndose eco de declaraciones vertidas por dirigentes como Joseba Egibar, Markel Olano o Andoni Ortuzar, López aseguró que la petición de una Mesa de Partidos reclamada por el PNV, así como por otras formaciones, no deja de ser una excusa para poner encima de ella sus "planes soberanistas con eso que llaman normalización".

En este sentido, agregó que su Gobierno nació con la ambición de "cambiar todo aquello que enfrentaba", porque el anterior Ejecutivo "se dedicaba, casi en exclusiva, a proponer planes y consultas que lo único que conseguían era dividir y enfrentar a unos vascos con otros".

López advirtió de que ahora, de cara a las próximas elecciones, los nacionalistas tratarán de ocultar estos planes, porque "saben que no es eso lo que quiere la ciudadanía", pero insistió en que "ese riesgo está ahí y hay que conjurarlo porque, de ninguna manera, se puede dar marcha atrás" en lo conseguido en los dos últimos años.

El líder del PSE sólo se dirigió a Sortu, la nueva marca de la izquierda abertzale, en una ocasión para reiterarle que su "único camino" es integrarse en democracia, una impresión que ligó al destino que le llevará a ETA a desaparecer. A modo de réplica ante las críticas sobre el papel que está desempeñando el Gobierno Vasco en el fin de la violencia terrorista, el lehendakari se arrogó el liderazgo en las políticas que han conseguido el "declive del terrorismo".