"Caso urchueguía"
Desde el pasado fin de semana, el medio que dirige está publicando con gran despliegue un serial sobre un supuesto caso Urchueguía vinculado a supuestas irregularidades supuestamente cometidas en los programas de cooperación desarrollados desde el ayuntamiento de Lasarte-Oria, de la que fui alcaldesa, en el municipio nicaragüense de Somoto.
La motivación política de la ofensiva sincronizada lanzada por los medios escritos y las emisoras de radio del Grupo Noticias no puede estar más claro a mi juicio y del de cualquier observador con un mínimo de perspicacia. Alguien -presuntamente la fuerza política que presuntamente está detrás del medio que dirige- tiene un gran interés en fabricar un caso asociado al PSE-EE, el partido al que pertenezco, para contrarrestar de alguna manera el aluvión de episodios de supuesta corrupción, que afectan a ex cargos públicos y militantes del PNV. La mayoría de ellos investigados por la justicia, con imputaciones precisas y graves, y/o por comisiones parlamentarias especiales de la Cámara vasca y de las Juntas Generales de los tres territorios, y algunos ya sentenciados.
Pues bien, frente a ese catálogo de casos reales y/o probados, en todo el espacio que su medio ha dedicado al supuesto caso Urchueguía abundan las medias verdades y la tergiversación disfrazada de periodismo de investigación, pero ninguna prueba que apunte a irregularidades de ningún tipo ni, mucho menos, a hechos delictivos. Si dispone de ellas, le invito a que las ponga en conocimiento de la justicia.
Como toda persona, tengo mis defectos y he podido cometer equivocaciones. Y, por supuesto, como cargo público, mi gestión y comportamiento están sometidos a la crítica y al escrutinio. Los errores políticos y humanos los acepto, y pido disculpas por el exceso de vehemencia de mi carácter a quienes lo han sufrido. No voy a admitir, sin embargo, que se intente difamar a mi persona y poner en duda la honestidad de la labor que durante 25 años he desempeñado en Lasarte-Oria y, ahora, en la Delegación del Gobierno Vasco en Chile y Perú.
Le anuncio por ello que va a tener la oportunidad de exponer en los tribunales de justicia las supuestas pruebas en las que se sustentaría la difamatoria intromisión que se está realizando desde su medio en mi intimidad y en mi honor. Pero como los tiempos de la justicia tienden a dilatarse y no quiero que nadie piense que mi silencio pueda implicar admisión implícita de las conclusiones manipuladas que se ha intentado presentar de hechos más o menos ciertos, quiero precisar algunas cuestiones.
Lo hago por mi familia, por mis convecinos de Lasarte-Oria y por los ciudadanos de Somoto, convertidos en espectadores involuntarios de un montaje más propio de un programa de despelleje como Salsa Rosa que del ejercicio responsable y riguroso del periodismo. Le aclaro pues, por si hiciera falta, que no me he llevado ni un solo céntimo de euro de los fondos públicos de Lasarte-Oria -la auditoría realizada en el Ayuntamiento así lo certifica-, ni de los recursos destinados a programas de cooperación en Somoto.
Tampoco me he aprovechado o maltratado a ningún somoteño -las cuatro personas con las que han hablado sus enviados especiales no son representativas del sentir de sus 42.000 habitantes-. Y les puedo asegurar que, en mis estancias en Somoto, donde llegué a proyectar mi futuro, mi vida es mucho más simple y aburrida de lo que Xabier Lapitz fantasea desde Nicaragua, tras hacerse pasar por mi hermano para intentar arrancar así revelaciones supuestamente comprometidas a personas sencillas como Pedro Jesús Díaz Torrez -con el don por delante, como se estila allí-, que es como se llama en realidad ese Jesús Moreno que citaba en su primera entrega del serial sobre el presunto caso.
A mis años, y con una vida laboral larga, considero que tengo todo el derecho de hacer con mi dinero lo que estime oportuno. Así, en vez de comprarme un piso en Donostia o en Jaca, lo hice en Somoto, donde tengo cinco propiedades inmuebles, que no oculto, como han podido comprobar en el Registro de la Propiedad. Su precio total no alcanza los 90.000 euros, salidos de mis ahorros y de un crédito bancario.
En el Registro también está, pero nuevamente no lo han querido transmitir a sus lectores, que Asodecom no compró con dinero de la cooperación la finca rústica de Las Sabana (de 980.000 metros cuadrados), que califican como una de las más grandes del país sabiendo que eso es absolutamente incierto y que llenan de decenas de hectáreas de robledales, cafetales y frutales que sólo han podido ver en una alucinación. Otra muestra más de su periodismo de investigación.
Tampoco se precisa, como podían hacer, que dicha finca fue adquirida por Asedecom por 35.000 dólares y que yo pagué por ella, tres años y medio más tarde, 60.000 dólares. Al igual que omiten maliciosamente que en la empresa somoteña Lácteos Froilán, a la que llegan a calificar de "tapadera", se compran al mes 160.000 litros de a los campesinos de la zona. O se equivocan -¿dónde está el contraste de los datos?- cuando afirman que la piscina municipal de Somoto es un proyecto de la cooperación vasco, cuando es notorio que no lo es.
No tengo tiempo ni ganas para seguir rectificando y precisando las muchas líneas del relato que han fabricado con la intencionalidad política que he señalado y con las artes fabulatorias que habrán apreciado sus lectores. Tan abundantes han sido que hasta mis enemigos declarados tendrán dificultades para reconocerme en la caricatura que han querido dibujar de mi persona. El estrambote de convertir en poco menos que en una alcohólica amante de la cerveza y el ron a una persona notoriamente abstemia como soy revela la calidad de las fuentes informativas que han utilizado.
Pero de estos y otros detalles, señor director, tendremos ocasión de tratar en los tribunales.
Ana Urchueguía Asencio (sic) Lasarte-Oria, 3 de marzo de 2011
Ana Urchueguía anunció el pasado jueves a los tres periódicos y a la radio del GRUPO NOTICIAS el envío de la carta que se reproduce a continuación. La carta, sin embargo, no llegó hasta ayer por la mañana y a pesar de conocer de antemano su contenido, una de las sorpresas fue comprobar que el escrito había sido enviado en un sobre oficial de Lehendakaritza mientras que la carta no incluía membrete alguno, ni siquiera el del Departamento al que está adscrita la Delegación en Chile y Perú. La Presidencia del Gobierno Vasco ¿al servicio de la defensa de una persona particular?
Carta
por ana urchueguía
La realidad frente a la ficción
(o de cómo se pretende construir un "caso")
Irregularidades en somoto (xI)