BILBAO. La izquierda abertzale ha reiterado hoy que hace una apuesta "nítida" por avanzar "en el camino de la independencia por vías pacíficas y democráticas" y ha señalado que "ahora le toca al Estado español cumplir con lo que una mayoría social de Euskal Herria le exige".
Según ha indicado en un comunicado, con la decisión de alto el fuego "permanente, general y verificable" anunciada en enero, ETA "ha cumplido con lo que se le exigía" y con el acto celebrado el pasado sábado en San Sebastián por los firmantes del Acuerdo de Gernika "se cerró la fase de socialización del acuerdo para pasar a la fase de cumplimiento del mismo".
Ha considerado, por ello, que ahora "le toca al Estado español cumplir con lo que una mayoría social de Euskal Herria le exige".
La izquierda abertzale ha opinado que "el Gobierno de Madrid y sus acólitos están muy lejos de mostrar la talla política que exige" la situación política en Euskadi y ha criticado "la cerrazón política" y el "inmovilismo" de "los que pretenden perpetuar la imposición" en el País Vasco, anteponiendo "intereses políticos cortoplacistas".
Ha considerado que el alto el fuego anunciado por ETA supone "un gran avance hacia una situación de no violencia con garantías" y ha señalado que "le corresponde al Estado español garantizar una situación de mínimos democráticos que permita avanzar en la consolidación de un escenario irreversible de soluciones políticas y democráticas".
En su opinión, en la última semana han ocurrido diversos "episodios" que dejan "al descubierto la actitud del Estado español ante el nuevo escenario impulsado por la izquierda abertzale".
Tras preguntarse "dónde está la apuesta por las vías pacíficas y democráticas por parte de Madrid", la izquierda abertzale ha señalado que el Gobierno socialista "debe aceptar que la utilización de la coacción, tortura, ilegalización de partidos... no puede ni debe formar parte de su estrategia para conseguir sus objetivos políticos en Euskal Herria".
Según ha considerado, la Ley de Partidos "es un instrumento que permite al Estado manipular la voluntad democrática de la ciudadanía vasca".
En su opinión, es "una más de las herramientas represivas que el Estado utiliza para condicionar la nueva era política abierta", entre las que ha destacado la utilización "de la tortura", la política penitenciaria o "la especial saña con la que reprimen las diferentes policías a la juventud independentista vasca".