Bilbao. Un día después de que miles de ciudadanos respaldarán la legalización del nuevo partido de la izquierda abertzale radical en la marcha que albergó la capital vizcaína, Patxi López aseguró ayer ante sus compañeros de partido que los cambios suscitados entre los defensores de esta corriente ideológica, así como los que constata en ETA, son fruto de la política "que me ha tocado liderar como lehendakari".

El jefe del Ejecutivo mostraba así credenciales en el acto que sirvió para clausurar la conferencia política organizada por el PSE para acordar las bases programáticas que defenderán en las próximas elecciones y dibujaba un escenario futuro marcado por un espíritu optimista aunque sin desvincularse de ciertas dosis de cautela ante el fin de la violencia terrorista. "Seguiré liderando el camino hacia la paz, con prudencia y firmeza, sin caer en engaños, pero sin impedir el avance hacia el fin definitivo de la violencia", recalcó.

En referencia a la manifestación del sábado, la calificó como un acto de propaganda de la izquierda abertzale al que, a su juicio, contribuyó el PNV con la asistencia de representantes, a pesar de que el partido como tal no participó en la marcha y que la presencia de nueve dirigentes fue a título personal.

Desde las filas jeltzales, Iñigo Urkullu, optó por no valorar la marcha y abogó por permitir que la izquierda abertzale esté presente en los comicios a través de Sortu, o lo que calificó de plan A, siempre que haya "respeto a la democracia y a las reglas de juego". De tal forma, consideró Urkullu, se evitará "continuar con enredos".