saná. Al menos cuatro personas murieron ayer en dos manifestaciones en el sur de Yemen en las que miles de personas pedían reformas políticas y la caída del presidente Ali Abdalá Saleh, informaron fuentes médicas.

Las fuentes indicaron que en la ciudad de Adén, en el barrio Al Mansura, tres manifestantes perdieron la vida y siete resultaron heridos por los disparos de la Policía cuando intentó dispersar la concentración.

Las protestas se centran en esta zona de la ciudad ya que cuenta con una gran estación de autobuses y una plaza, que se ubican en la carretera que une Adén con la capital del país.

Además, otra persona murió y otras treinta resultaron heridas por el estallido de una bomba casera lanzada por un desconocido desde un coche en marcha contra un grupo de manifestantes antigubernamentales en la ciudad meridional de Taiz.

El suceso tuvo lugar en la céntrica plaza Al Horria (la libertad), y según responsables de los servicios de seguridad, el culpable del ataque fue detenido.

Por su parte, en la capital del país, alrededor de 4.000 personas marcharon desde la Universidad de Saná hasta la fachada del edificio donde se ubican las oficinas de la televisión qatarí Al Yazira.

La marcha fue disuelta por la Policía y matones partidarios del régimen que atacaron con sables, bastones y piedras a los manifestantes, pese a eso se desarrollan otras protestas antigubernamentales en Saná. Asimismo, los simpatizantes de Saleh golpearon a un corresponsal y a un cámara del canal Al Arabiya.

Al menos una persona murió ayer y otras diez resultaron heridas en enfrentamientos entre la Policía y manifestantes antigubernamentales en la ciudad de Adén.

Por séptimo día consecutivo se producían en el Yemen protestas al calor de las revueltas populares que terminaron en las últimas semanas con los presidentes de Túnez y Egipto.

La presión de los grupos de la oposición forzó el pasado 2 de febrero a Saleh, en el poder desde 1990, a dar marcha atrás a unas reformas constiucionales con las que buscaba perpetuarse en el poder.

Por su parte, la embajada estadounidense en Saná instó al Gobierno yemení a "que evite que se produzcan más ataques contra las manifestaciones pacíficas y a que garantice que todos los yemeníes, tanto pro como antigoberno, tienen los mismos derechos de expresión y reunión".

En un comunicado, la embajada subrayó que "los ataques contradicen los compromisos expresados por el presidente Saleh relativos a la protección del derecho de los ciudadanos yemeníes a reunirse para expresar sus opiniones".

CONDENA Por su parte, Amnistía Internacional (AI) acusó a las fuerzas de seguridad de Yemen de utilizar munición real para dispersar a los manifestantes concentrados en distintas partes del país y denunció las agresiones a los medios de comunicación que cubrían las movilizaciones y las detenciones en régimen de incomunicación de manifestantes. "Las autoridades de Yemen atacan a manifestantes que piden pacíficamente la reforma política", declaró el director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y Norte de África, Philip Luther. AI instó asimismo a las autoridades a frenar el uso de la fuerza en las protestas.