Rabat. El Movimiento 20 de Febrero, que agrupa a los jóvenes que a través de internet han convocado mañana una jornada de protestas en Marruecos, pedirá el establecimiento de una "constitución democrática" y la disolución del Gobierno y el Parlamento. En el acto de presentación de la manifestación, dos jóvenes de la plataforma hicieron públicas sus demandas pero no aludieron a la conversión del sistema político en una monarquía parlamentaria, una reivindicación que en principio sí habían incluido. Los jóvenes han bautizado la protesta como el Día de la Dignidad, y celebrarán movilizaciones en las principales ciudades de Marruecos, a las que se han sumado grupos como el ilegalizado movimiento islamista Al Adl wal Ihsan, partidos de izquierda o asociaciones de derechos humanos. La estudiante de Ingeniería Tahani Madmad, de 19 años, leyó en nombre del movimiento un comunicado cuyo primer punto exige "el establecimiento de una constitución democrática que represente la voluntad verdadera del pueblo". Para que esto suceda, reclaman antes la disolución del Gobierno y del Parlamento, y la formación de un ejecutivo de transición "que se someta a la voluntad del pueblo".

Los jóvenes, autores de una movilización desde hace varias semanas por redes sociales como Facebook y creadores de un vídeo difundido en Youtube en el que animan a la participación, piden también una justicia "independiente y transparente" y que se procese a los responsables implicados en casos de corrupción. Por último, instan al reconocimiento del amazigh (bereber) como idioma oficial y a la libertad para los presos políticos y de opinión, al tiempo que exigen que se juzgue a los responsables de torturas.

En una multitudinaria rueda de prensa celebrada en la sede de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), uno de los pioneros en defender la protesta en Facebook, Osama el Jlifi, de 23 años, aseguró que se han comprometido a "no volver a casa si no se responde inmediatamente a nuestras demandas". Los jóvenes fueron arropados por líderes de las asociaciones de oposición más críticas con el poder en Marruecos, como la AMDH o la Instancia Nacional por una Constitución Democrática. Los presentes denunciaron una campaña de acoso por parte de las autoridades y de la prensa oficialista para intimidar a los organizadores de la protesta.

Despliegue policial en Argel Como ya ocurriera el pasado sábado, treinta mil agentes de Policía se están preparaban ayer para abortar la manifestación prevista para hoy. Los agentes controlaban los accesos a la capital y montaron retenes en el centro. Hace una semana, la oposición apenas logró reunir a dos mil personas, que contrastaban con los 30.000 agentes de Policía desplegados para la ocasión. Al respecto, el ministro de Exteriores argelino, argelino, Murad Medelci, de visita en Madrid, aseguró que no hubo represión, ni se registraron heridos, y que el despliegue de 30.000 policías fue para "asegurar el recorrido" y evitar problemas. "No tenemos ganas de volver a vivir las manifestaciones tan sangrientas vividas hace una década", aseguró.

En Argelia aún rige el estado de excepción, que el Gobierno se ha comprometido a levantar este mes, que prohíbe las manifestaciones, sobre todo en la capital. Argelia es un socio clave de España, al ser su principal suministrador de gas.