Vitoria. El grupo parlamentario de Aralar denunció ayer que el protocolo de colaboración entre los gobiernos vasco y navarro firmado por el lehendakari, Patxi López, y el presidente foral, Miguel Sanz, el 3 de julio de 2009, tan sólo ha producido en casi dos años de vigencia un acuerdo de colaboración entre las dos instituciones y el Ministerio de Fomento para el desarrollo de la línea ferroviaria que unirá la Y vasca con Pamplona.
"Nos parece patético que tras firmar un acuerdo al que dieron tanto bombo, que vendieron como la normalidad, la superación de los problemas anteriores, casi dos años después se nos responda que no se ha utilizado absolutamente para nada, excepto para algo que Fomento iba a hacer de cualquier manera", afirmó ayer a este periódico el parlamentario abertzale Mikel Basabe. Aralar había presentado una batería de diez preguntas sobre el desarrollo de los diferentes aspectos previstos en el protocolo al lehendakari, quien explicó que "la única documentación obrante en poder del Gobierno Vasco" es la relativa al acuerdo con Fomento.
El documento venía a cerrar una década de enfrentamientos del Gobierno de Sanz con el de Ibarretxe. El primero entendía que los jeltzales trataban de asimilar cultural y políticamente a Navarra, y de hecho liquidó el Órgano Común Permanente que a mediados de los noventa abrió tímidos espacios de colaboración entre ambas comunidades. La llegada del PSE a Ajuria Enea se entendió por ambas partes como una nueva etapa en las relaciones entre Euskadi y Navarra y, en ese sentido, apenas dos meses después de la toma de posesión de López se firmó el citado documento.
"especial relación" El acuerdo se estableció como el marco de relación, previsto tanto en el Estatuto de Gernika como en el Amejoramiento, para desarrollar políticas comunes en materia de infraestructuras -el TAV, principalmente-, intermodalidad -se pretendía canalizar las exportaciones navarras a través de los puertos vascos-, el transporte de la señal de ETB a través de la TDT a la Comunidad Foral, o política lingüística -se hablaba de que los dos gobiernos debían investigar juntos en torno al euskera, negociar con Aquitania para promover actividades en favor de la lengua vasca, y fijar vínculos de cooperación-. El documento establecía además mecanismos para el seguimiento del cumplimiento del protocolo y para la firma de futuros convenios
El texto insistía además en subrayar el nuevo punto de vista político en la relación entre las dos comunidades, y así afirmaba que la "especial relación" entre Euskadi y Navarra se debía, "entre otras razones, al hecho de ser limítrofes", y establecía que ETB respetaría "las diferentes sensibilidades políticas" de la Comunidad Foral, sus "símbolos e identidad", y la trataría como "una realidad diferenciada".
La recepción de la televisión pública vasca ha sido, de hecho, una de las pocas materias que han negociado ambas comunidades, sin éxito. Navarra quiere que Euskadi cargue con el gasto de llevar la señal de ETB-1 y ETB-2 a sus televisores. El multiplex de cuatro canales que permitiría hacerlo cuesta un millón de euros, 250.000 euros por canal, según explica Basabe. Navarra quiere que la CAV abone el coste de los cuatro canales, y Euskadi sólo quiere pagar por los dos que ocuparían ETB-1 y ETB-2.