Vitoria. "Durante años ir en las listas del PSE ha sido un acto de valentía. Ojalá que las de hoy sean las últimas que aprobamos con esa sensación". Era el mensaje que dejaba el lehendakari, Patxi López, en Twitter justo antes de tomar la palabra a última hora de la tarde de ayer en la reunión extraordinaria del Comité Nacional del PSE-EE. Discurso que, unido a las intervenciones políticas del día en Euskadi, perfilan un escenario político significativo. Si hace poco más de un mes, cuando ETA hizo público su "alto el fuego permanente, general y verificable", la portavoz del Gobierno Vasco, Idoia Mendia, se felicitaba por la unidad de la respuesta de los partidos vascos, reivindicándola en parte como fruto del trabajo de su Ejecutivo, las cosas tras el nacimiento de Sortu parecen acentuar los matices entre los tres grandes partidos -PNV, PSE-EE y PP-, en vísperas de la ronda de contactos discretos anunciada por Lehendakaritza, que ya ha comenzado a convocar a los partidos, según confirmaron ayer los jeltzales.
Y, dada su condición de formación en el Gobierno -tanto en Euskadi como en Madrid-, los socialistas aparecen situados en el ojo de un huracán que tiene como leitmotiv los supuestos intereses electorales de unos y otros. Por un lado, y aunque nadie cuestione seriamente la continuidad del Acuerdo de Bases, el futuro de Sortu se presenta como una amenaza para la relación de los socios preferentes. Por otro, supone una fuente ya conocida de discrepancia con el PNV: por el futuro legal de la nueva marca de la izquierda abertzale, pero sobre todo por el reconocimiento de la legitimidad o no de la Ley de Partidos. "Lo hacen para que, aprovechando el viaje en una especie de ceremonia de la confusión, la culpa de lo que pase, una cosa o la contraria, sea siempre del Gobierno socialista; cuando todo el mundo sabe que a Batasuna no la ilegalizó el Gobierno, sino los tribunales de Justicia".
Con este mensaje, López intentó zanjar un debate que se viene ya arrastrando desde el lunes y en el que ayer incidió especialmente el PNV. Su presidente en Bizkaia, Andoni Ortuzar, manifestó ante los medios en Getxo la impresión jeltzale de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero "se lava las manos como Poncio Pilatos" al remitir los estatutos de Sortu a la Fiscalía. Bajo los parámetros perfilados por el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, de "no perder el tiempo" para legalizar al nuevo partido y aprovechar el nuevo tiempo político que se puede avecinar en Euskadi, Ortuzar recordó a los socialistas que "llevan muchos años reclamando la normalización, reclamando que la izquierda abertzale se distancie de la violencia, que haga una apuesta nítida, y ahora que lo hace, no puede haber retrasos, no puede haber dilaciones y menos por puros intereses electorales".
política y tribunales Ante estos emplazamientos, que siguen a los que arreciaron lunes y martes desde las filas del PP vasco exigiendo que se ilegalice Sortu, el PSE y el Gobierno Vasco reivindican su autonomía y, sobre todo, intentan hacer pedagogía sobre que la decisión de ilegalizar o no a Sortu o a cualquier otro partido corresponde a los tribunales y no al Ejecutivo, tratando de sacudirse la presión de que toda la responsabilidad de lo que pueda suceder con Sortu recaiga sobre las espaldas socialistas.
Así, López advirtió de que como secretario general del PSE y como lehendakari, "no va a renunciar a su responsabilidad de liderar la política antiterrorista de Euskadi": "La posición del PSE no la va a marcar el PNV, ni el PP, ni mucho menos los abertzales radicales, en todo caso, la marca la sociedad vasca y nuestros propios convencimientos".
En este contexto se inscribe el mensaje que el lehendakari enviaba a PP y PNV, subrayando además que si los jueces dan el visto bueno a la nueva formación abertzale, será "una muy buena noticia" porque significará "con datos y con pruebas" que cumple "los requisitos democráticos" y que "ETA estará mucho más cerca de su desaparición definitiva". Y también el que protagonizó por la mañana el consejero de Interior, Rodolfo Ares, en una comparecencia ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. Ares, reconociendo el "cambio" que suponen los estatutos del nuevo partido, advirtió de que ese paso "se debe al triunfo del Estado de Derecho y a la presión que se ha ejercido contra ese mundo" con la Ley de Partidos. "Es consecuencia de que en su momento se acertó con la política que se hizo para sacar de la vida política y de las instituciones a aquéllos que con toda claridad amparaban y justificaban a la violencia terrorista", manifestó Ares en un claro mensaje para el PNV.