Vitoria. Tras lo escuchado en el Palacio Euskalduna, todas las miradas buscaban ayer a los responsables gubernamentales para intuir cuál será su actitud en las intensas semanas que se abren ahora.
La música suena bien, pero hay que seguir siendo exigentes y esperar a la decisión que tome la Justicia. Ésas son las tres patas desde las que el Gobierno Vasco construyó una valoración de urgencia que se encargó de trasladar el propio lehendakari adelantando un día su vuelta al trabajo; un gesto que descubrió la trascendencia que concede a marcar un paso claro ante esta cuestión.
En busca del equilibrio En una comparecencia en la que no dejó que se le hicieran preguntas, López buscó el equilibrio como clave de su respuesta. Reconoció como "positivos" los pasos que este sector está dando "para acercarse a los requisitos" que condicionan su vuelta a la legalidad y celebró haber podido escuchar "cosas que hasta ahora nunca se habían dicho desde ese mundo". Sin embargo, también reservó un amplio espacio para la prudencia; tanto ante la posibilidad de que el escenario cambie, como ante la amenaza de que el PP transforme su apoyo en acoso y derribo. "Nuestra historia reciente nos enseña que las palabras y las declaraciones bienintencionadas deben ir acompañadas de hechos". "Hay que reclamar que el esfuerzo que están realizando" por su legalización "lo pongan también en conseguir que ETA anuncie su desaparición definitiva", subrayó.
El camino que aún resta por recorrer se antoja proceloso por lo que, al margen de marcar su paso, López se esforzó en subrayar que la pelota no está en otro tejado que el de los tribunales, a los que se encomendó para saber si este sector puede "volver al juego democrático".