el cairo. Tres días le ha costado al Ejército organizarse para separar eficazmente, mediante barreras de alambre de espino y la clausura de las calles aledañas a la plaza, a los manifestantes opositores al régimen de los pro Mubarak. Ayer, por fin, la paz reinó de nuevo en Tahrir. Más de un millón de manifestantes acudieron a lo que ellos mismos denominaron el día de la partida llevando como estandarte un lema común: "La gente quiere la caída del presidente". Las excepcionales medidas de seguridad obligaban a los recién llegados a acceder a la plaza de uno en uno, tras ser registrados por el Ejército y por los propios ciudadanos después. La cola de los que esperaban se alargaba por todo el puente sobre el Nilo; sin embargo, el plan fue determinante para prevenir la entrada de un centenar de manifestantes pro Mubarak que, a media mañana, trataron de llegar sin éxito hasta la calle del Museo.
En el interior, grupos de médicos voluntarios habían improvisado puestos de emergencias cercanos a las salidas de la plaza. En una de las calles aledañas, una mezquita había sido transformada en hospital de emergencia, y multitud de heridos que se negaban a dejar la plaza eran atendidos. "Hemos dado muchas oportunidades a Mubarak y ahora que por fin nos quejamos, quiere matarnos", protestaba Abid, con el brazo escayolado y la cabeza vendada. "Pero si hace falta, el suelo de Tahrir será mi tumba", añadía. Manifestantes que iban llegando se quejaban de las dificultades para acceder y aseguraban que en la estación de metro de Shobra (a varios kilómetros de Tahrir), grupos de afines al régimen impedían a los opositores proseguir su camino hacia la plaza. "Son la gente que dejaron escapar de las prisiones, criminales que trabajan para el gobierno", señalaba Gamal, profesor. Otros aseguraban que algunas personas habían sido atropelladas por la noche cuando salían de la plaza.
Mentiras Nadie creía las palabras de Mubarak pronunciadas a la periodista de la cadena ABC. "Los Hermanos Musulmanes no van a tomar el control si él se va. Solo representan a una parte de la sociedad", aseguraba el profesor Gamal. Según el estudiante universitario Mahmud "es mentira que el caos vendrá si Mubarak se va. Nosotros llevamos aquí una semana pacíficamente sin haber causado un solo problema. El caos lo ha creado él viniendo a atacarnos e imponiendo un toque de queda que impide mantener abiertos negocios y restaurantes"."Gamal Abdl Nasser dijo que se iba y la gente salió a la calle a pedirle que se quedase; Mubarak ha dicho que
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