barcelona. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, aprovechará su reunión del próximo lunes con José Luis Rodríguez Zapatero para exigir al Gobierno español que cumpla en 2011 las inversiones en Cataluña previstas en el Estatut y que haga efectivos los casi 40 traspasos "automáticos" pendientes. Para preparar este encuentro el Departamento de Economía de la Generalitat ya ha hecho llegar su plan para reducir el déficit de la Generalitat al Gobierno de Rodríguez Zapatero, que ahora deberá decidir si lo valida.
El portavoz del Govern, Francesc Homs, explicó que la voluntad del ejecutivo catalán, y del conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, en particular, es dejar encarrilado en los próximos días un acuerdo con el Gobierno sobre el plan de viabilidad de la Generalitat, de manera que Mas y Rodríguez Zapatero no tengan que entrar a discutirlo y puedan profundizar en otros asuntos.
situación y nóminas Consciente de que a la legislatura española le queda a lo sumo poco más de un año y que posiblemente Rodríguez Zapatero no será el presidente del Gobierno tras las elecciones generales de 2012, Mas no pretende arrancar grandes compromisos a largo plazo. Su objetivo se centrará más que nunca en "ir a lo práctico" y en aplicar la vieja premisa pujolista del "peix al cove" (traducible como política de "pájaro en mano"), que suponía ir arrancando con paciencia pequeños logros en sus negociaciones con el Gobierno español, "llenando poco a poco de peces la cesta". Así al menos lo mantienen fuentes consultadas por las agencias dentro de CiU que trabajan con la previsión de que el Gobierno español, para el próximo lunes, ya habrá dado luz verde al plan de viabilidad de Cataluña y se habrá autorizado a la Generalitat a emitir más deuda este año, lo que dejará a Mas las manos libres. La prioridad entre las cuestiones que piensa exponer figura el "cumplimiento estricto" de la disposición adicional tercera del Estatut, referida al porcentaje mínimo de inversiones estatales en infraestructuras en Cataluña. Esta noticia se supo el mismo día que presidente de CiU en el Parlament, Oriol Pujol, dijera que la Generalitat "casi no se puede pagar las nóminas".