vitoria. El rifi rafe que enfrenta al PNV con el resto de los partidos de la Cámara vasca al calor del caso Miñano suma y sigue en un toma y daca que amenaza con prolongarse hasta que los jueces -o las urnas- dicten sentencia. El presidente del PNV volvió a verse obligado ayer a profundizar en el distanciamiento de estas presuntas irregularidades con el que trata de proteger a su formación de los daños colaterales que le pueden suponer.

En Euskadi Irratia, Iñigo Urkullu lamentó que sus adversarios se estén tomando estas comisiones como "un juego político" del que se sirven para "dañar la imagen del partido", al tiempo que volvió a pedir a los imputados que abandonen esta formación para no colaborar con esta estrategia. "Ser miembro del PNV debería llevar consigo un compromiso de ayudar al partido", subrayó, antes de preguntar a estos imputados "si no se dieron cuenta desde el principio de que otros partidos iban a tratar de sacar provecho" de su imputación. Asimismo, Urkullu comprometió la "transparencia e integridad" de sus candidatos para los comicios de mayo, seña de "identidad" de la labor "histórica" del PNV según subrayó, y tachó de "malignas" algunos de los embates que le han dedicado sus adversarios; especialmente los de un PP vasco que, por boca de su secretario general, Iñaki Oyarzábal, llegó a afirmar que antes "no se detenían terroristas" porque la Ertzaintza estaba espiándoles para el PNV. En este sentido, el presidente del PP en Álava, Alfonso Alonso, reiteró que la cúpula jeltzale debería dimitir para que el PNV "sea un partido en el que se pueda confiar" y adelantó que será "extraordinariamente exigente".

El PSE puso en juego al secretario general del partido en Álava, Txarli Prieto, y a su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor. Prieto ligó la "prolongadísima estancia" del PNV en el poder con el uso indebido que "algunos" pudieron hacer de él. Pastor pidió a Urkullu que zanje la actitud "obstruccionista" con la que, a su juicio, el PNV trata de "deslegitimar" sus trabajos, antes de que concluyera espetando al dirigente jeltzale que "algo empieza a oler muy mal" en su partido.