BILBAO. A las puertas de la negociación presupuestaria del pasado año, mientras la continuidad del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero se movía en la cuerda floja de las críticas, el PP miraba a las encuestas y pedía un adelanto electoral. Mientras tanto, las instituciones europeas reclamaban consenso y estabilidad. Un episodio electoral redundaría en un relativamente dilatado periodo de vacío de poder en Madrid. Más inestabilidad. Por ello, el PNV se decantó por la certidumbre y optó por explorar fórmulas de entendimiento con el PSOE mirando a la CAV, que no permanecía ajena a la crisis. Además, La Moncloa dispondría del resto de su legislatura para trabajar a favor de la normalización y la pacificación. Pero de ese escenario a elevar a los jeltzales a la categoría de socios preferentes del socialismo habría un trecho. Así lo apunta en una entrevista con Europa Press el portavoz del partido de Sabin Etxea en el Congreso, Josu Erkoreka, quien recordó al Gobierno español que no tiene garantizado su apoyo para el resto de su mandato, sino que habrá de ganarse el respaldo "iniciativa tras iniciativa, y proyecto de ley tras proyecto de ley".
El jeltzale se refirió a las declaraciones del ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, que expresó su deseo de que las siglas de Urkullu se conviertan en socio preferente. Erkoreka, por su parte, ahondó en un mensaje que ya puso sobre la mesa el pasado año, cuando avisó de que no existe ningún pacto cerrado, sino que el Grupo Vasco acude al hemiciclo sin mayores ataduras que la defensa de su propio programa. Una precisión que ha vuelto a recalcar al sostener que "hay una apuesta genérica por garantizar un cierto marco político y económico de estabilidad, pero no de estabilidad gubernamental, ni un compromiso de apoyos sistemáticos".
El PNV, que puso en valor su posición como partido bisagra en Madrid logrando el compromiso del PSOE con los traspasos competenciales pendientes, dejó claro en la entrevista hecha pública ayer que su formación se limita a no dejar pasar una coyuntura propicia para materializar un programa que lleva defendiendo desde 1977, y a apostar por conformar un grupo "fuerte" en el Congreso para "influir en el Gobierno de turno". En este sentido, el PNV perseguirá lograr un mayor autogobierno y grandes infraestructuras para Euskadi.