Vitoria. Después de un fin de semana agitado por la filtración de datos relativos al sumario del caso Miñano, y después de ver cómo estas informaciones servían al PNV para elevar el tono de su rechazo ante prácticas "asquerosas" como el espionaje político, y al PP para cuestionar la integridad del conjunto de la formación jeltzale y exigir la dimisión de la cúpula alavesa, Iñaki Gerenabarrena decidió ayer dar un paso al frente para "marcar" cuál es su postura.

Como máximo responsable del partido en Álava, Gerenabarrena convocó una rueda de prensa de urgencia con dos objetivos claros: denunciar la campaña de "barbaridades disparatadas" que está acompañando a los procesos de investigación que estudian las responsabilidades en que podrían haber incurrido algunos de sus ex altos cargos, y desligar estas acusaciones de la actividad del conjunto del partido. "El PNV ni ha espiado, ni ha seguido a nadie, ni ha controlado, ni ha extorsionado, ni ha cobrado fraudulentamente, ni ha ordenado que se realice absolutamente nada, y el que diga que el PNV ha hecho algo de esto miente, y miente como un bellaco", concluyó con toda la rotundidad de la que fue capaz.

A pesar de que mantiene firme su apuesta por preservar la presunción de inocencia de los imputados hasta que la Justicia -a la que pidió "celeridad"- se pronuncie, Gerenabarrena hizo de nuevo suya la condena de estas presuntas conductas delictivas marcada por la dirección del partido. Y si su presidente, Iñigo Urkullu, había calificado estas prácticas de "indecentes" y "asquerosas", él añadió que, de confirmarse, serían sin duda alguna "vomitivas". Asimismo, reiteró -como han hecho otros dirigentes jeltzales como Urkullu o el diputado general, Xabier Agirre- que, en el caso de que los tribunales determinen que alguno de sus compañeros se implicaron en la práctica de estos presuntos delitos de corrupción o espionaje político, quedarían inmediatamente "fuera del partido".

"es una vil mentira" La actualidad informativa le había dejado la agenda llena de cuestiones que aclarar y comenzó por la más reciente, la que publicó que, según el sumario del caso, un ex funcionario del departamento de Interior habría declarado ante el juez que la dirección del PNV "controlaba la unidad antiterrorista" de la Ertzaintza. "Es una vil mentira", insistió.

Respecto a otras informaciones que atribuían al PNV el montaje de una red de informadores, Gerenabarrena explicó que todos los partidos reciben anónimos, la mayor parte de los cuáles "acaban en la basura". Sin embargo, admitió que algunos merecen la atención del partido, como uno que incluso denunciaba un presunto delito de corrupción urbanística de un concejal jeltzale -que investigaron hasta comprobar que era falsa-, que el partido sí estudiaba a través de Aitor Tellería. Eso sí, siempre desde dentro de los mecanismos del partido, "nunca fuera" aclaró, rechazando así que se sirviera de la unidad de información de la Ertzaintza como se ha publicado.

En última instancia, Gerenabarrena remachó que, según sabe por "fuentes conocedoras del sumario" que le merecen "total confianza", el PNV "no está siendo investigado" en ningún caso ya que siempre "se ha movido dentro de la legalidad". Y, si anteriormente había tachado de "vomitivo" que alguien efectivamente haya podido participar del presunto espionaje político, devolvió la moneda al PP pidiéndole que "mire en su casa" la actitud que ha tenido ante otros casos de corrupción, y denunció como igualmente "asqueroso" que esta formación acuse de estos delitos al PNV "sin ningún tipo de pruebas" y reconozciendo que le importa "un pimiento" lo que finalmente decidan los jueces con tal de "sacar la cabeza" utilizando partidistamente estos casos.

El relevo de la crítica contra la formación jeltzale lo tomó ayer UPyD que, siguiendo la senda marcada por PP y PSE en sus embates contra la formación jeltzale, exigió a este partido "menos teatro y más hechos", de manera que "actúe de una vez por todas para depurar las responsabilidades políticas" ante estos casos y se comprometa así a "desterrar de Euskadi comportamientos políticos indecentes". "Ya va siendo hora de que el PNV se entere de que el país no es suyo", concluyó su parlamentario, Gorka Maneiro.