tours. El presidente del partido de extrema derecha galo Frente Nacional (FN), Jean-Marie Le Pen, culpó a la inmigración, al islamismo y a la "dejadez" de la clase política de la "decadencia" que, a su juicio, atraviesa el país en las últimas décadas. En un discurso ante los militantes de esa formación a un día de dejar su presidencia, el político consideró que el FN es el único garante de los valores de la República que tiene capacidad de devolver a Francia su gloria. Con una entrada recibida al ritmo del Bolero de Ravel y del Nabucco de Verdi, Le Pen, que a sus 82 años se despide hoy como líder de esa agrupación creada en 1972, trazó un perfil de Francia plagada a su juicio de desesperanza, inseguridad, corrupción y retroceso de la calidad de la enseñanza.
"Con la importancia de la inmigración convertida en invasión, la Francia unida ha dejado lugar al culto al individualismo" y "el actual vacío espiritual se ha llenado poco a poco de un islamismo importado principalmente por inmigrantes de África del Norte y del África negra", lamentó el dirigente.
Los inmigrantes también fueron blanco de sus críticas cuando afirmó que los problemas étnico-religiosos que la situación "hace temer en un futuro inmediato" tienen sus raíces en "el nivel de inseguridad que emana de jóvenes procedentes del mundo musulmán".
No olvidó a la clase política, en la que estimó que "la corrupción se ha generalizado" y que "el estado de la decrepitud de la moral pública es tal que los franceses ya ni siquiera se revuelven contra ella".
"La única fuerza de resistencia a este hundimiento ha sido encarnada desde hace más de 30 años por el FN, y por esa razón hemos sido blanco de todas las provocaciones y manipulaciones", sostuvo ante el apoyo manifiesto de sus seguidores.
Para Le Pen, el FN ha sido víctima desde su creación de un "terrorismo intelectual" llevado a cabo para "descalificar toda postura que pudiera conducir a una toma de conciencia de la debilidad de la sociedad".
Con La Marsellesa y banderas galas ondeando en el centro de congresos de la localidad de Tours, el dirigente se despidió como cabeza visible del partido, que este fin de semana elige a su nuevo líder, papel que oficiosamente se atribuye ya a su hija y vicepresidenta ejecutiva del FN, Marine Le Pen.