Argel. Una profunda tensión reinaba ayer en Argel tras los motines y enfrentamientos registrados la noche anterior en varios barrios populares de la capital, que provocaron varios heridos y daños materiales considerables. Los incidentes más violentos estallaron en el antiguo barrio de Bab El Oued, a diez minutos del centro de Argel, donde las huellas de los enfrentamientos y los destrozos eran todavía visibles. A primera hora de la noche del miércoles, cientos de jóvenes tomaron las calles de este barrio y rodearon la comisaría para denunciar la escalada de los precios y el importante alza de productos de gran consumo, como el azúcar y el aceite.

La Policía se vio desbordada y no pudo contener la cólera de los manifestantes, algunos de los cuales aprovecharon para romper tiendas de productos electrónicos, de ropa o de telefonía. Armados con barras de hierro y con diversas armas blancas, entre ellas espadas de fabricación casera, los alborotadores se enfrentaron a la Policía durante largas horas, que usó material antidisturbios para dispersarles, informaron testigos presenciales y habitantes del barrio. Los enfrentamientos duraron toda la noche y provocaron numerosos heridos en ambos bandos. La cólera es tal que la llegada de refuerzos policiales no logró calmar los ánimos. Importantes efectivos de unidades antidisturbios tomaron ayer el barrio de Bab El Oued, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona. Episodios de cólera similares se produjeron también en otros barrios de Argel, como Cheraga, Bouchaoui o Ain Benian, donde centenares de personas ocuparon las calles para denunciar la carestía de la vida y entonaron eslóganes hostiles al poder central.

Desde que inició el año, la contestación popular ha llegado a las cuatro esquinas del país y varias regiones de Argelia, como Tipaza, Blida, El Taref, Oran, Argel, Uargla y Djelfa, han sido escenario de conflictos por el alza de los precios.

También en Túnez Pero los disturbios también afectan a otro país magrebí, en este caso Túnez, donde las protestas estallaron en diciembre en solidaridad con el joven comerciante Mohamed Bouazizi, que se quemó a lo bonzo el pasado 16 de ese mes en la región de Sidi Bouzid para protestar contra lo que él estimaba abusos administrativos. Diplomado con estudios superiores pero en paro, este joven de 26 años se roció de gasolina y prendió fuego a su cuerpo después de que Policía le confiscara los frutos y las legumbres que vendía en la calle para ayudar a su familia, bajo el pretexto de que no disponía del permiso correspondiente.

Desde el día en se quemó, en numerosas localidades de la región de Sidi Bouzid y en otras ciudades del país magrebí se produjeron incidentes y manifestaciones de solidaridad con Bouazizi.