la paz. El presidente de Bolivia, Evo Morales, anuló ayer el decreto que subió el precio de los principales combustibles hasta en 82%, tras la ola de protestas que vivió el país andino estos días y ante las amenazas de más movilizaciones desde el lunes.

En un mensaje poco antes de la medianoche, Morales dijo que ha decidido dejar sin efecto la normativa, después de haberse reunido estos días con sindicatos y organizaciones indígenas que le dijeron que el aumento del coste de carburantes era "inoportuno".

"Esto quiere decir que todas las medidas quedan sin efecto. No existe ninguna justificación ahora para subir los pasajes (de transporte), ni aumentar el precio de los alimentos, ni la especulación. Todo vuelve a la situación anterior", sostuvo.

Morales pronunció el mensaje flanqueado por su vicepresidente, Álvaro García Linera, y el canciller, David Choquehuanca, tras haberse reunido durante varias horas con sus bases sociales en la zona del Chapare y con sus ministros en Palacio.

Esta semana el mandatario izquierdista fue criticado por los sindicatos y movimientos sociales que le acusaron de tomar medidas "neoliberales" e incluso llegaron a pedir su renuncia durante sus protestas.

Las movilizaciones más violentas tuvieron lugar el jueves, en especial en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, que hasta entonces había sido una aliada incondicional del mandatario aimara.

Para el lunes estaban previstas nuevas protestas, entre ellas una marcha de miles de mineros desde el altiplano a La Paz, además de un paro en las empresas del sector y un bloqueo campesino de rutas, si es que Morales no derogaba el decreto.

Morales había defendido la vigencia de la subida de los combustibles entre un 57% y 82% como una necesidad para la economía del país porque frenaría el millonario contrabando de carburantes, pero ahora argumenta que la anuló tras escuchar la demanda del pueblo.

El analista político Carlos Cordero comentó a Efe que la decisión de Morales fue "valiente e inteligente", porque el país se encontraba en el "umbral de una espiral violenta que podría terminar en su renuncia".

Con la anulación del decreto, Morales buscó la pacificación del país cuando sufría un duro golpe político, sobre todo en su imagen, con varios sectores sindicales y sociales en su contra, apuntó.