madrid. El presidente del PP, Mariano Rajoy, reclamó ayer de nuevo "un profundo cambio político" para comenzar la recuperación económica y social, pero dejó claro que mientras eso no suceda hará "lo posible" para evitar que la factura que pueda dejar el Gobierno a los españoles sea "lo menos mala posible". El líder de los populares hizo diversas llamadas al diálogo durante la conferencia de prensa que ofreció en la sede nacional de su partido, a la que no acudía precisamente desde hace un año, y también para hacer balance. El de 2010, el que tocaba ayer, lo sintetizó con estas palabras: "Ha sido un año duro durante el que se han sucedido las malas noticias".
La solución para poner fin a ese "empeoramiento" consiste, según Rajoy, en "acometer un paquete de reformas que generen confianza en la economía española y alejen los rumores de rescate financiero de la UE", cuestión de la que espera "no se hable nunca más". Esas reformas las repitió el líder del PP varias veces: lo más urgente es la reestructuración del sistema financiero, "de tal forma que cuanto antes puedan las cajas convertirse en bancos y tener accionistas, y luego una ley que fije un techo de gasto a todas las administraciones". También abogó por una reforma fiscal "que ayude al emprendedor"; por otra reforma de la negociación colectiva, por cambios en el modelo educativo y por reformar el sistema de pensiones. El líder popular también pidió la consolidación de la unidad de mercado, es decir, pocas normas para que la actividad empresarial se regule por igual en todo el Estado.
Rajoy se detuvo en la reforma del modelo energético tras la subida del precio de la luz casi un 10%. En este ámbito situó uno de los principales ofrecimientos del PP, el de pactar un nuevo sistema, "pero siempre y cuando se aborden a fondo las primas a los sectores fotovoltaicos y solares, el problema tarifario, el futuro de las centrales nucleares o el coste de cada fuente de energía conjuntamente".
críticas Pero no todo fueron ofrecimientos y clima de cordialidad hacia el Gobierno. Rajoy comenzó su intervención recordando lo que prometió Zapatero un año antes: "Nada de lo que dijo entonces, también un 30 de diciembre, sobre el fortalecimiento de los derechos sociales o las vías de recuperación económica se ha cumplido" denunció el líder del PP. Con dichos antecedentes, Rajoy destacó que "son muchas las cosas a cambiar tras años de inacción o de ir en direcciones equivocadas", y así, añadió, "no hay confianza posible cuando las crisis no se explican o cuando se reacciona con medidas improvisadas y atropelladas".
El presidente del PP proclamó entonces que "ha llegado el momento de tener altura de miras y de hacer lo posible para evitar que 2011, como 2010, sea un año perdido". Eso pasa, sentenció, por "un profundo cambio político". No obstante, en palabras de Rajoy y en referencia a un posible adelanto de las elecciones, "Zapatero no quiere que los españoles opinen, es evidente que no quiere que los españoles sean llamados a las urnas, no está en su cabeza".