El ruido que se ha generado en torno a la posibilidad de que ETA haga por fin pública su voluntad de abandonar la lucha armada ha ensordecido el eco de otras noticias que apuntalan la teoría del cambio de ciclo en el conflicto vasco.
Desde que el PSE se aupó hasta Ajuria Enea, una de las banderas del cambio que pactó con el PP fue la puesta en marcha de la estrategia de tolerancia cero con el entorno del MLNV, que pronto llevó al Departamento de Interior a embarcarse en una carrera de retirada de fotografías de presos que puso una pregunta en el centro del debate: ¿es delito mostrar la fotografía de un familiar o un amigo preso mientras se pide el fin de la política de dispersión?
Para el responsable de este Departamento, la respuesta era -y es- clara: "Hay que erradicar de nuestras calles y plazas las imágenes de presos que han sido condenados por asesinato u otros delitos terroristas, cuya exhibición pretende homenajear a un grupo de criminales, al tiempo que ofenden la memoria y la dignidad de sus víctimas".
En virtud de esta interpretación se enrareció el ambiente del pasado verano provocando plantes, actuaciones policiales e incluso detenciones en las fiestas. Una de ellas acabó con dos jóvenes en comisaría por llevar una foto en sus camisetas que se negaron a arrancar.
"no en una sociedad democrática" Sin embargo, para la propia Audiencia Nacional, comienzan a caber serias dudas sobre si la mera exhibición de fotografías se puede considerar constitutiva de un delito de enaltecimiento del terrorismo.
"No hay evidencia alguna de alabanza, elogio o ensalzamiento de los crímenes por los que habían sido condenadas o eran perseguidas las personas cuyo rostro aparecía en las imágenes" ni "tampoco de justificación de sus actos". Así de claro se expresa la última sentencia dictada por la Audiencia Nacional al absolver a Izaskun Goñi y Daniel Burgos, encargada y titular respectivamente del bar Zurgai de la Txantrea pamplonesa, en el que se exhibían fotos de presos vascos, para quienes el fiscal pedía un año de prisión por enaltecimiento del terrorismo.
El dictamen de este tribunal va más allá de la sola absolución de los dos acusados -que fueron detenidos en una operación policial con un eco mediático tan amplio como fue el silencio que siguió a su absolución-, y entra en el fondo de la cuestión apelando a la libertad de expresión, como vienen haciendo quienes rechazan esta estrategia de tolerancia cero, para advertir de que no hará suya esta lectura de la ley. "El mensaje que se reconstruye a partir de la vinculación de las fotos con los textos del cartel es inequívoco: los presos están alejados y dispersos por los establecimientos penitenciarios del Estado, escríbeles una carta para romper el aislamiento". "Incluso se podrían identificar en el mensaje -compuesto de retratos y textos- sentimientos de proximidad personal y política con los presos y perseguidos penalmente", admite el tribunal. Sin embargo, esto "no significa necesariamente enaltecer o justificar sus actos", sentencia sin dejar lugar a la más mínima duda.
Y, lo que es más, este tribunal, creado específicamente para combatir al terrorismo, entiende que "una sociedad democrática, organizada sobre los valores de la libertad y el pluralismo político, no puede sofocar, impedir o censurar todo tipo de mensajes de crítica o disenso frente a las políticas penales y penitenciarias desarrolladas para acometer los crímenes más graves", por mucho que algunos quieran impulsar un "cambio de paradigma" que ha supuesto una evolución "de la tolerancia a la prohibición" que considera desproporcionada. "Es dudoso que la imagen del rostro de una o varias personas, ni siquiera de personajes emblemáticos", pueda sustituir a lo que constituye el delito: la "exposición de ideas o doctrinas de alabanza o elogio" del terrorismo, concluye.
prietas las filas La presidenta de la AVT se apresuró a poner el grito en el cielo, viendo tras esta decisión la mano negociadora de Zapatero con ETA. A su juicio, fue una "humillación" a las víctimas destinada a ser "la última ayuda" para que Batasuna concurra a las elecciones.
Sin embargo, ni esta última sentencia ni sus antecesoras -casos como los relacionados con la comparsa bilbaína Txori Barrote o la alcaldesa de Hernani-, parecen haber disuadido al consejero vasco de Interior de seguir alzando la bandera de la tolerancia cero contra toda expresión gráfica que crea constitutiva de enaltecimiento del terrorismo. Y, conocedor de la jurisprudencia que se va creando, su Departamento rebusca argumentos en la letra de la ley vasca de Reparación y Reconocimiento a las Víctimas del Terrorismo para no cambiar el paso.
Rodolfo Ares ordenó 3.500 intervenciones policiales de retirada de fotografías y carteles durante los seis primeros meses que siguieron a su toma de posesión, y estos números apenas han sufrido un año después un descenso del 15%.
Tras la absolución de los responsables de Txori Barrote, afirmó que esta sentencia no impediría "en ningún caso" que prosiga con su estrategia. Tras la del bar Zurgai, insistió: "la Ertzaintza seguirá actuando" por la vía penal o administrativa cumpliendo "escrupulosamente" con la Ley de Víctimas para "erradicar de nuestras calles las imágenes de presos que han sido condenados" cuya exhibición, a su juicio, "pretende homenajear a un grupo de criminales" al tiempo que "ofende" a las víctimas del terrorismo.
Por si acaso, Ares se puso en contacto con el fiscal jefe de la propia Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, que se comprometió a recurrir esta sentencia, y se remitió al artículo 4.b de la Ley de Víctimas para no dar un paso atrás en su estrategia de tolerancia cero y no incumplir así su acuerdo por el cambio con el PP. Según reza este artículo, los poderes públicos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa "actuarán para prevenir y evitar la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del terrorismo, homenaje o concesión pública de distinciones a los terroristas, y actuarán de manera especial contra las pintadas y carteles de tal índole", impulsando además las acciones necesarias contra "aquéllos que puedan ser constitutivos de infracción penal". "Es evidente que las fotografías de los presos terroristas ofenden la dignidad y la memoria de las víctimas", "hay que hablar claro", remató el consejero, cerrando así todas las puertas a la posibilidad de que renuncie a esta estrategia y aferrándose a la esperanza de que la Audiencia Nacional entre algún día a compartir su interpretación de la ley y de que el PP vasco no retire el apoyo que cimenta el Gobierno de Patxi López. Por mucho que la Justicia vaya dictando sentencia.