BILBAO. El alegato de ocho presos críticos con ETA a favor de poner fin a la lucha armada "porque no tiene sentido y porque está fuera de lugar" ha aprobado con nota a ojos de las instituciones y de la mayoría de las fuerzas políticas. Incluso el PSOE, enrocado en la dureza a la espera de un comunicado que comprenda la fórmula mágica del alto el fuego definitivo y verificable, mudó sus reticencias por un indubitado aplauso. A falta de ese pronunciamiento -que las formaciones desean que tuviera lugar en la misma dirección-, las palabras de los reclusos pudieron convertirse en el particular bálsamo que hiciera más liviana la incertidumbre ante un comunicado que se prometía inminente. Las opiniones del llamado colectivo de Presos comprometidos con el Irreversible proceso de Paz -Joseba Urrosolo Sistiaga, Kepa Pikabea, Carmen Gisasola, Jurgi Oteiza, Andoni Alza, Rafa Caride, Ibon Etxezarreta y Josu García Corporales-, vertidas en una entrevista que publicó ayer DEIA, únicamente suscitaron la oposición del PP, que prosigue abogando por no dar ni agua a la organización o a los que en su día formaron parte de ella.
El encargado de exteriorizar la postura del PSOE fue su secretario de Organización Marcelino Iglesias, quien consideró que las valoraciones de los reclusos "son un paso extraordinariamente positivo", si bien relativizó su optimismo instando a "no liarnos" con los pronunciamientos. El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, quiso pronunciarse para resaltar que "no son momentos de treguas", ahondando en el mensaje de su gabinete a favor de exigir un cese definitivo como requisito a la hora de explorar nuevas vías en la resolución del conflicto. Los presos habrían abonado el camino para un relativo optimismo, asegurando que "en Batasuna y en las cárceles se ha dejado de aceptar lo que viene de arriba, y se están dando pasos para cerrar el ciclo de la lucha armada".
Por otra parte, el Gobierno vasco, movido entre las aguas del escepticismo y de la constatación de los movimientos, optó ayer -en declaraciones a este periódico- por ver la botella medio llena para elogiar la "claridad y contundencia" mostrada por los presos. Además, el Ejecutivo de Patxi López consideró que ETA habría de "tomar nota" sobre el abandono de la violencia. En una clave similar se expresó el diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao. En una entrevista concedida a Onda Vasca, el jeltzale opinó que los críticos realizaron "una aportación intelectualmente muy interesante y provechosa". "La pena es que la decisión depende sólo de ETA y del mundo de Batasuna", zanjó.
El PNV quiso mostrarse "extremadamente cauto" en sus valoraciones a este medio, si bien no dudó en subrayar que la opinión de los ocho presos "está mucho más cerca de la que tiene la mayoría de la sociedad vasca sobre el final de la violencia que la que ha manifestado ETA, o hasta la autodenominada izquierda aber-tzale". "La sociedad quiere vivir libre de la amenaza, y seguro que le diría a ETA que, ya que no atiende la voluntad popular, podría tomar en consideración este tipo de opiniones de algunos cualificados que actuaron en nombre de ETA", recalcaron.
mirar a los partidos En una dirección opuesta se expresó el líder del PP de la CAV, Antonio Basagoiti, quien rehusó valorar positiva o negativamente la aportación -a la que calificó de "destacada"- y reclamó, por el contrario, poner el acento en los partidos. "Con el pasado que tienen, no son quienes deben marcar el paso. Si no es una táctica para que les acerquen, lo que deben hacer es ayudar a desenmascarar a sus compañeros. No hay que centrarse en las medidas penitenciarias, sino en acabar con ETA", explicó a este medio.
El vicecoordinador de Aralar, Jon Abril, por el contrario, consideró que la opinión de los entrevistados "hay que tomarla en consideración, y está extendida entre los presos". "Además, es necesario facilitar el debate entre las personas encarceladas, y la dispersión es uno de los mayores obstáculos", recalcó a este periódico. El presidente de Hamaikabat, Iñaki Galdos, por su parte, saludó "el nivel de exigencia" de los reclusos y aplaudió que "vayan bastante más lejos que lo firmado en Gernika".