washington. Corea del Norte dio ayer el visto bueno al retorno de los inspectores del OIEA a sus instalaciones nucleares tras una serie de conversaciones con el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, informó ayer la cadena de televisión CNN.
Además de permitir el acceso de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Pyongyang acordó negociar la venta de 12.000 barras de combustible nuclear y enviarlas a otro país, posiblemente Corea del Sur, indicó la cadena de televisión, que acompaña en su viaje al gobernador y ex embajador de EEUU ante la ONU. Ese combustible sería suficiente para fabricar entre seis y ocho armas nucleares.
Richardson se encuentra en Corea del Norte para una visita de cinco días que desarrolla en capacidad no oficial y durante la que se ha reunido con altos funcionarios del régimen comunista. Hasta el momento no está claro el alcance del acuerdo, que Corea del Sur asegura desconoce.
El Gobierno de EEUU acusa a Pyongyang de desarrollar un programa nuclear secreto y busca que ese régimen renuncie a sus actividades atómicas a través de las conversaciones a seis bandas en las que participan las dos Coreas, EEUU, Rusia, Japón y China. Sin embargo, esas conversaciones se encuentran estancadas desde hace cerca de dos años. Según la CNN, en sus reuniones Richardson instó a Corea del Norte a no tomar medidas de represalia contra las maniobras con fuego real que desarrolla Corea del Sur.
Las maniobras surcoreanas se desarrollaron ayer sin incidentes ante la isla de Yeonpyeong, atacada el mes pasado por el régimen norcoreano con rondas de artillería que provocaron cuatro muertos.