Bilbao. La razón de que los horóscopos y las predicciones más o menos esotéricas gocen de un nada desdeñable predicamento entre parte de la ciudadanía radica en que sus augurios son genéricos. De esa forma, parecen condenados a acertar en su vaticinio. De hecho, el verdadero reto pasaría por fallar. En este sentido, la promesa del PSE de convertir el Parlamento Vasco en el centro de la política se habría cumplido. Pero no lo habría hecho por copar la actividad, sino por centrar las críticas de una oposición que lamentó, en primer lugar, el "veto" -ya reconducido- a sus iniciativas en la Cámara en virtud de aspectos sintácticos y, en segundo lugar -y una vez pasado el filtro de la Cámara-, la aplicación de la suma PP-PSE para rechazar determinadas propuestas en el Parlamento Vasco. Una estela en la que se engarza el reciente bloqueo a las 1.400 enmiendas propuestas por la oposición ante los presupuestos del Gobierno vasco, y que habría comenzado prácticamente desde la llegada del PSE a Ajuria Enea.

Un proceder con el que cierra el año el Ejecutivo de la CAV, sin romper con la constante que ha regido la labor de la Cámara no sólo en el último ejercicio, sino también en 2009, tras erigir en presidenta de la institución a la popular Arantza Quiroga -con los 38 votos de PP y PSE, y a modo de pago por el respaldo brindado a López en la investidura-, y tras conformar una Mesa compuesta, por primera vez en la historia del Parlamento, por tres sensibilidades del arco político, en lugar de cinco.

Un patrón que ha venido dado por la traducción de la mayoría constitucionalista en el rechazo a toda propuesta non grata para los integrantes de la alianza -a pesar de que fuera avalada en bloque por la oposición-, y en la suma de votos de PP y PSE para aprobar iniciativas que han contado con una elevada contestación por parte del resto de fuerzas, y que de otro modo no hubieran prosperado. Esa doble vía habría sido facilitada por el otrora negado entendimiento con los populares, y en un legislativo vasco sin la presencia de la izquierda abertzale histórica por primera vez tras la muerte de Franco.

las iniciativas Una de las más discutidas sumas de sufragios fue la que alumbró el Día del País Vasco-Euskadi Eguna, aprobado el 22 de abril de este ejercicio, y que instauró la festividad de los vascos el 25 de octubre -fecha que conmemora la firma del Estatuto de Gernika-, mientras el socialismo no movía ficha para completar las transferencias. El cambio se fundamentaría, según el PSE, en plantear una fecha alternativa diferente a la del Aberri Eguna -que el propio partido celebró durante la transición-, arguyendo que dicha fiesta habría sido patrimonializada por el PNV. La oposición no pensó lo mismo, sino que encuadró la modificación en la política de símbolos emprendida por la formación desde su llegada a Ajuria Enea. El pasado 18 de noviembre, asimismo, las filas de López y Basagoiti volvían a aunar esfuerzos para reclamar a Venezuela la "máxima colaboración" contra ETA, tras la polémica por la petición de extradición de Arturo Cubillas.

Por otra parte, los puntos de debate sacrificados en 2010 por el bloqueo de ambos han hecho referencia, precisamente, a cuestiones relacionadas con la gestión del conflicto vasco, pero de forma más cercana, y que podrían haber puesto en un brete al PSE al obligarle a tomar posición sobre asuntos como las denuncias de torturas mientras el resto de fuerzas -salvo sus socios preferentes- recriminaban a López su "inmovilismo" ante la reflexión de la izquierda abertzale histórica, y mientras el PP supervisaba con lupa los discursos de un socialismo envuelto en los rumores sobre una eventual negociación.

Así, PSE y PP -con la adhesión, en numerosos casos, de UPyD-, tumbaron el 3 de junio la proposición no de ley de Aralar que postulaba la realización de una investigación independiente, con la ayuda de Amnistía Internacional o Human Rights Watch, sobre la muerte del miembro de ETA Jon Anza. Otro tanto de lo mismo sucedía a finales de noviembre, cuando la Cámara rechazaba otra solicitud del partido abertzale para que comparecieran miembros de Torturaren Aurkako Taldea y varias personas -entre ellas, José Luis Besance- que denunciaban haber sufrido malos tratos tras su detención. El portavoz popular Carlos Urquijo no dejó lugar a dudas: "No tenemos mayor interés en escucharles. No somos partidarios de dar un altavoz a un grupo que se dedica a sembrar dudas sobre el Estado de Derecho".

El 4 de febrero, asimismo, y a pesar de que el leit motiv de Lakua pase por deslegitimar la violencia, la Cámara de Gasteiz vetó la creación de una Comisión de la Verdad que esclareciera los sucesos ocurridos durante el franquismo. Mientras tanto, en Madrid, el Gobierno español del PSOE rechazaba pedir perdón por el bombardeo de Gernika.