madrid. El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo ayer que el PP "ha querido quedar bien" con los ciudadanos al abstenerse en la votación de la prórroga del estado de alarma hasta el próximo 15 de enero, y en tono irónico comentó que los populares han hecho "todo un ejercicio de responsabilidad". A juicio de Rubalcaba, el PP no quería apoyar al Gobierno pero tampoco quería quedar mal con quienes quieren que los aeropuertos funcionen y en este "equilibrio", que relacionó con falta de compromiso, se explica él la abstención.
Por su parte, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, tras el Consejo de Ministros que aprobó el decreto de ampliación del estado de alarma, defendió, frente a las dudas vertidas por el colectivo de controladores, que la prórroga hasta el 15 de enero es "perfectamente constitucional" a pesar de que el primer mes del año es inhábil desde el punto de vista de la acción política de las Cortes Generales.
Por su parte los controladores aéreos calificaron la decisión del Gobierno de prorrogar el estado de alarma como "un absurdo" y reprocharon que no se haya valorado las cartas personales presentadas por los controladores comprometiéndose a mantener la seguridad del servicio. "Hemos demostrado con nuestro compromiso personal que no hacía falta prorrogar esa situación", explicó César Cabo, portavoz del sindicato USCA, a la vez que se preguntaba si el Gobierno, "a partir del 15 de enero, piensa llevar a cabo más prórrogas, porque la gente no sólo vuela en Navidad, sino durante todo el año".
Al margen de reproches mutuos, ayer sí se confirmó que los controladores y AENA, ente dependiente del Ministerio de Fomento, van a retomar las negociaciones de un convenio colectivo a partir del próximo lunes. Según la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), "este es el camino adecuado para recuperar la concertación y el diálogo social frente a un colectivo que ha sido organizado mediante sucesivos decretos y leyes en los últimos meses".