Oslo. "Que nadie venga a recoger el premio refleja que éste era necesario y apropiado". Así resumía en su discurso el presidente del Comité Nobel Noruego, Thorbjoern Jagland, la idoneidad del galardón concedido a Liu Xaobo, justo antes de depositar el diploma y la medalla del premio en el sillón vacío que debía haber ocupado el activista chino.

Jagland calificó a Liu de "símbolo de la lucha por los derechos humanos en China" y pidió su liberación porque, según él, sólo se ha limitado a ejercer la libertad de expresión. China, a la que elogió por su "éxito económico", debe asumir "su responsabilidad como gran potencia, y también la crítica que ello conlleva", resaltó Jagland, quien vinculó el destino del mundo al de este país: "Si éste impulsa los derechos humanos, tendrá un efecto positivo sobre el resto del planeta".

el protocolo Los discursos leídos por Jagland y la actriz noruega Liv Ullmann (leyó el discurso de Xiabo de diciembre de 2009), fueron la parte central de una ceremonia en la que finalmente no estuvieron representados 15 países, presidida por los reyes Harald y Sonia de Noruega y a la que acudieron unos 40 opositores chinos.

En el programa musical fue incluido el Coro Infantil de la Ópera Nacional noruega por deseo expreso de Liu.

Decenas de chinos a favor y en contra de la concesión del Nobel a Liu Xiaobo se manifestaron por separado en los alrededores del ayuntamiento durante la ceremonia de entrega del Nobel.

La tradicional procesión con antorchas que se realiza todos los años horas después de este acto, tenía previsto finalizar en esta ocasión con la proyección de una imagen de Liu sobre la fachada del Grand Hotel de Oslo. El concierto Nobel en el Spektrum y la inauguración de una exposición dedicada a Liu en el Centro Nobel cerrarán hoy el programa de actos.