El think tank, traducido literalmente como tanque o contenedor ideas, es un concepto anglosajón que ha llegado para quedarse en el imaginario de la ciencia política vasca.

Según explica el manual, se trata de instituciones u organizaciones creadas para ofrecer foros de debate formados por una nutrida nómina de teóricos e intelectuales de los que deben salir consejos que hagan más eficaz la acción de las empresas para las que trabajan.

En el Estado español, los primeros se crearon en los albores de la actual democracia centrándose especialmente en el campo de la política y las relaciones internacionales, como atestiguan los veteranos CIDOB y FRIDE, que aún es el principal motor de iniciativas como el Club de Madrid - en el que un grupo de ex jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo promueven el avance de la democracia- o la publicación de la edición española de la revista especializada Foreign Policy.

al servicio del partido Sin embargo, las grandes formaciones políticas vieron pronto el capital potencial de ideas que podía ofrecerles esta fórmula para mostrarse más cercanos a sus electores, y acaparar así un mayor porcentaje de esos votos indefinidos que, según se dice, hacen ganar o perder las elecciones generales, y se pusieron manos a la obra.

La primera en hacerlo fue el PP, que ahora hace ocho años creó la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, la FAES, que actualmente preside José María Aznar con María Dolores de Cospedal a su derecha. Se define como una asociación liberal conservadora nacida para ofrecer alternativas políticas y de pensamiento diferentes a las del socialismo que puedan ser asumidas por los líderes políticos para ser transformadas en programas de acción política.

En el ámbito del PSOE destaca la Fundación Ideas para al Progreso que preside el ex ministro de trabajo de Zapatero, Jesús Caldera. El socialismo tardó en poner en marcha una institución de este tipo apoyándose en los trabajos de organismos que funcionaban como la Fundación Pablo Iglesias, pero desde 2008 ya cuenta con esta factoría de ideas para defender los valores de la socialdemocracia.

Ese mismo año, el PNV presentó Think Gaur Euskadi 2020 que, si bien no es un think tank al uso sino el resultado de un proceso de reflexión del que salen las directrices de futuro, funciona en el día a día también como laboratorio de ideas y análisis de los "desafíos de Euskadi en los ámbitos de la innovación, las políticas sociales, la sostenibilidad, la cultura y la integración de Euskadi en Europa en la próxima década".

Actualmente estos laboratorios de ideas de los que disponen los partidos que cuentan con un aparato lo suficientemente grande son menospreciados -desde el poco conocimiento que la sociedad tiene de su trabajo e incluso de su existencia-. Se los tacha de cementerio de elefantes políticos quizá por la presencia en su sala de máquinas de antiguos dirigentes como Aznar o Caldera, sin ver que quizá sea una forma de que los partidos no pierdan el capital que les puede ofrecer la experiencia de sus antiguos responsables. Se les utiliza en la lucha partidista cuestionando las subvenciones que reciben -a preguntas del PSOE, el Gabinete Aznar reveló que había dado más siete millones y medio de euros a la FAES antes del adiós del presidente popular-. Pero el caso es que hoy en día funcionan como un reloj que pone en hora el discurso de los diferentes portavoces, y se van consolidando como uno de los puntales del actual marketing político. Sobre todo en tiempo de campaña.