bilbao. También fue llamado para encauzar las relaciones con el PNV tras el pacto de estabilidad firmado entre la formación jeltzale y el Gobierno español.
Tengo siempre un marco de relación respetuosa y afectiva con el mundo nacionalista y el PNV porque mi vida está circunscrita a los gobiernos de coalición y a los años en que yo dirigí el socialismo vasco en coalición con la formación jeltzale, pero no creo que el presidente Zapatero pensara en este factor. De hecho, él mantiene unas relaciones con Urkullu muy directas y me consta que Rubalcaba es el responsable de hacer el seguimiento de las relaciones con el PNV y con el grupo parlamentario vasco. Si puedo ayudaré, pero... Los nacionalistas del PNV no buscan casi nunca un interlocutor vasco en Madrid. En esto son muy selectivos. Prefieren la interlocución con el PSOE en vez de con un socialista vasco en Madrid.
No le parece decepcionante que, treinta años después, se haya tenido que mercadear con una ley básica como es el Estatuto de Gernika.
Yo no le llamaría mercadeo. La política es así. Los acuerdos han sido posibles porque el PNV ha aceptado algunas interpretaciones que en otros tiempos quizás tampoco aceptaba y también porque el Gobierno central ha ido más lejos en sus posiciones que en otros momentos, porque la necesidad hace virtud. Los dos hemos encontrado el equilibrio de cosas que han sido posibles hoy y no lo fueron ayer.
Da la impresión, a juzgar por la reacción de unos y otros, que al PSOE le ha asustado menos que al PSE, que en un primer momento puso pegas y aceptó a regañadientes.
Lo digo abiertamente, sabíamos que esto no era cómodo para el Gobierno Vasco. Es así de claro, pero sin embargo aceptábamos que el PNV tenía esta baza, que la ha jugado inteligentemente. El lehendakari y el Gobierno Vasco, por su parte, han asumido también la posición inteligente de que lo que se ha pactado era bueno para Euskadi y que lo iba a gestionar el Gobierno vasco. Al final, todos hemos ganado.
Las encuestas siguen sin dar a López un respaldo social mayoritario. ¿Quién tiene la culpa?
Hay que reconocer que la tarea del lehendakari no es fácil. La tarea de Patxi López es gigantesca. Ha pasado poco tiempo y pienso que los perfiles de su gestión todavía no están suficientemente dibujados. Para mí tiene que serenar la tensión identitaria y expresa una pluralidad que al Páis Vasco le viene muy bien y, sobre todo, es el lehendakari que está llevando al País Vasco hacia la paz. Esos perfiles configurarán un relato y el ánimo electoral vasco se fijará dentro de bastante tiempo. Por eso no me preocuparía demasiado por las encuestas actuales.
Usted que ha sido vicelehendakari, ¿entiende que la portavoz del Gobierno Vasco alegue desconocimiento e inexperiencia para posponer, y eliminar en algún caso, veinte leyes de su propio calendario legislativo?
Yo no sé cómo se expresó ella a ese respecto. He visto algunos titulares de prensa, pero yo sería comprensivo con que un gobierno cuando llega, más aún un gobierno que cambia tanto respecto de los anteriores, no puede en poco tiempo retomar la tarea legislativa con inmediatez. Gobernar es muy difícil y más en circunstancias como las que tiene que afrontar Patxi López, con el único apoyo del PP y en una sociedad como esta, requiere tiempo. La crítica al Gobierno vasco habría que hacerla si pasada la mitad de la legislatura esto no estuviera hecho. Creo que de aquí a mayo el Gobierno cumplirá sus propósitos.
Hablamos de un gobierno respaldado por un PSE que tiene un gran aparato y una experiencia de gobierno en diferentes instituciones, entre ellas el Gobierno Vasco, en el cual usted llegó a ser vicelehendakari.
Es posible. Pero, al margen de cómo lo expresará la portavoz del Gobierno Vasco, creo que este Ejecutivo de Gasteiz está formado por unos consejeros muy buenos. Comparándolo con otros gobiernos puedo decir honestamente que éste me gusta y lo está haciendo muy bien.