la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, confirmó ayer como "hombre fuerte" de su futuro Gobierno al extitular de Hacienda Antonio Palocci y nombró otros dos ministros, todos vinculados al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

Palocci, médico de 50 años, asumirá el estratégico Ministerio de la Presidencia, cartera desde la que se controlan todos los resortes del poder político y que a la propia Rousseff le valió de trampolín a la candidatura presidencial del Partido de los Trabajadores (PT).

Rousseff ocupó ese cargo entre 2005 y marzo pasado, cuando se vio obligada a renunciar para postular a la Presidencia, lo que de por sí solo habla de la importancia del cargo.

Palocci fue ministro de Hacienda entre 2003 y 2006, los primeros tres años de la gestión de Lula, en los que se convirtió en uno de los hombres más poderosos del Gobierno.

Sin embargo, su enorme influencia en las grandes decisiones, su condición de "garante" de la economía y el respeto que se ganó en los mercados financieros se desinflaron cuando fue salpicado por un asunto de corrupción con tintes sexuales que le obligó a dimitir en marzo de 2006.

Fue juzgado y finalmente declarado inocente y regresó al ruedo político como diputado primero, en las elecciones de 2006, y como coordinador de la campaña electoral de Dilma Rousseff.

Fue durante la campaña el hombre más cercano a la mujer que el próximo 1 de enero se convertirá en la primera presidenta de Brasil y, como ministro de la Presidencia, será una suerte de "gerente" del Gobierno y un virtual jefe de Gabinete.

Es íntimo amigo de Lula desde hace más de 30 años, estuvo junto al actual presidente en la fundación del PT, en 1980, y se considera que es una de las "cartas" que el actual presidente ha impuesto en el futuro Gabinete de Dilma Rousseff.

Lo mismo se dice de Gilberto Carvalho, filósofo de 59 años, otro de los fundadores del PT y con vínculos estrechos con Lula, de quien es hasta ahora jefe de Gabinete y que ayer fue nombrado por Rousseff como futuro ministro de la Secretaría de la Presidencia. El tercer ministro anunciado ayer es José Eduardo Cardozo, quien ocupará la cartera de Justicia.

Abogado de 48 años, Cardozo es también del PT y como diputado fue uno de los grandes defensores de Lula en el Parlamento durante los escándalos de corrupción que hicieron tambalear al Gobierno en 2005.

El pasado 27 de noviembre, Rousseff había confirmado en su cargo al actual ministro de Hacienda, Guido Mantega, y nombrado como nueva titular de Planificación a la ingeniera Miriam Belchior, también ambos del PT, así como al economista Alexandre Tombini al frente del Banco Central.

Tanto ese día como hoy, Rousseff anunció los nombramientos a través de un breve comunicado y sin hacer declaraciones a la prensa.

En la nota difundida hoy, explicó que le ha pedido a los futuros ministros que "trabajen de forma coordinada para dar cumplimiento al programa de desarrollo con distribución de renta y garantías de estabilidad económica" que ofreció al electorado.

Hasta ahora, Rousseff ha ocupado sólo seis de los 24 ministerios, y también le falta designar a los titulares de otros 14 despachos que ostentan ese mismo rango.

Según analistas, la presidenta electa ya casi ha completado la "cuota" del PT en el futuro Gobierno y la mayoría de los cargos aún vacantes serán para miembros de los otros nueve partidos que forman la variopinta coalición que respaldó su candidatura.

La más influyente de esas formaciones es el mayoritario Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece el vicepresidente electo, Michel Temer, quien ya ha reclamado para sí la obtención de, al menos, cinco ministerios.

La coalición la completan los partidos Comunista do Brasil (PCdoB), Democrático Laborista (PDT), Republicano Brasileño (PRB), de la República (PR), Social Cristiano (PSC), Socialista Brasileño (PSB), Laborista Cristiano (PTC) y Laborista Nacional (PTN). Todos han exigido representación en el gabinete de Rousseff, a quien por tanto le resta mucho por hacer en el verdadero encaje de bolillos que supone la formación del Gobierno que presidirá a partir del próximo 1 de enero.