pamplona. "Las elecciones autonómicas no son elecciones que puedan ser consideradas como primarias para otros procesos", ha dicho en rueda de prensa posterior a la reunión de la comisión permanente de la dirección del PSOE, que ha hecho un primer análisis de los resultados. Iglesias ha subrayado que los catalanes "siempre" han votado de manera distinta en elecciones locales, autonómicas y generales.
Según el 'número tres' del PSOE, la debacle socialista, que obtuvo los peores resultados de su historia, se debió sobre todo a que sus votantes se quedaron en casa, principalmente por su descontento con el tripartito. A su juicio, en el resultado electoral ha influido "extraordinariamente" la fórmula de gobierno, aunque también la crisis económica, porque Montilla ha tenoido que gobernar en "un momento muy difícil".
Así, el PSOE saca como conclusión que debe explicar mejor a los ciudadanos sus reformas, consciente de que la crisis se llevará por delante a los gobiernos que estén "inactivos" ante la crisis o que no sepan explicar y hacer calar sus medidas.
Sobre el PP, Iglesias ha admitido que este partido ha "rentabilizado bien" en escaños su "pequeño crecimiento" y lo ha atribuido a una "activación especial de su propio electorado". No obstante, ha subrayado que no ha sido el mejor resultado para el PP que, en términos absolutos, obtuvo más votos en 1995 y 2003 y ha ironizado con la alegría de los 'populares'.
"Si a ellos les satisface un resultado del 12 por ciento ellos sabrán, en realidad lo que están haciendo es manifestar una gran sensación por la victoria de otros porque hace tiempo que no pueden manifestarla por sus propios resultados", ha señalado.
El PSC enfrenta una crisis de liderazgo tras el fiasco de ayer
José Montilla, secretario general de los socialistas catalanes y hasta ayer president de la Generalitat (continuará en funciones hasta la investidura de Mas), dejará sus responsabilidades al frente del PSC en el Congreso que celebrará su partido en 2011. Así al menos lo aseguran todos los analistas en base a sus palabras crípticas de ayer reclamando "cambios intensos" tras la debacle de ayer.
Dejar paso a otros dirigentes es su forma de echarse sobre los hombros el severo correctivo que los socialistas cosecharon ayer en las urnas tras la pérdida de nueve escaños (de 37 a 28) y de casi 226.000 votos en el que es el peor resultado electoral en la historia del PSC. Pero lo peor no es que Montilla deje las riendas del partido, sino que tampoco hay un sustituto claro. Quienes pensaban que el ex ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, podría dar un paso al frente se equivocaron ya que ayer el número tres de los socialistas por Barcelona fue claro: "No pienso postularme en absoluto a un cargo de esta naturaleza. Yo siempre he sido una persona con lealtad hacia Montilla y dije que la tendría antes y después del 28 de noviembre", sentenciaba.
discurso "Hemos perdido las elecciones pero, nuestras convicciones no han sido derrotadas", afirmó rodeado por sus más fieles un apesadumbrado Montilla. Su comparecencia y su valoración ya sonaban a despedida tras quedarse los socialistas en su peor resultado en Cataluña. Ni los ánimos de Corbacho, Montserrat Tura, Carme Chacón, José Zaragoza y Miquel Iceta, pudieron borrar de la cara del president saliente el sabor de la derrota. A modo de epitafio político como responsable del partido, el candidato socialista subrayó que el PSC, tras el fracaso de ayer, deberá impulsar "cambios intensos lejos de nostalgias e inercias".
"Los ciudadanos han hablado y nuestros adversarios, a los que felicito, han ganado claramente", resumió Montilla. El candidato felicitó así a la formación ganadora y al candidato Artur Mas, a quien llamó por teléfono. Fue entonces cuando Montilla confirmó que no volverá a presentarse a las elecciones y aseguró que el partido deberá iniciar una reflexión sobre las políticas que debe emprender a partir de ahora. "Estaré en los combates" dijo Montilla, pero luego aclaró que el PSC deberá impulsar "cambios internos" y renovar su "proyecto".