barcelona. El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, advirtió ayer al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de que, tras las elecciones del 28 de noviembre, se encontrará con una CiU "generosa, cuando haga falta" para no agravar la inestabilidad económica, pero también más "exigente". Mas recordó que este año, a pesar de estar en la oposición "por culpa de los socialistas" y tener que pasar el trago de la comisión de investigación del caso Palau, CiU apoyó "sin pedir nada a cambio" el plan de ajuste del Gobierno para "salvar al Estado de caer en la más pura bancarrota, intervenido exactamente igual que Grecia". No obstante, Mas avisó de que "en los próximos tiempos no se puede confiar a ciegas en que CiU siempre hará esto". Según Mas, "no puede ser que, en una relación bilateral, siempre haya uno que ceda casi todo y otro se lo quede casi todo", porque si una relación está desequilibrada, "al final revienta".
Artur Mas se marcó el objetivo de pactar en 2012 con el Gobierno un modelo de concierto económico para Cataluña para que entre en vigor en 2013. Su esquema negociador pasa por condicionar la formación de un próximo Gobierno español, ya sea del PSOE o del PP, a la consecución del concierto, por lo que habrá que esperar a las elecciones generales de 2012 para plantearlo en Madrid formalmente.
rajoy apela al cambio El líder del PP, Mariano Rajoy, apeló a los catalanes que confiaron en él en las generales y a quienes piensan votarle en las próximas a que acudan a las urnas en apoyo de Alicia Sánchez-Camacho porque el cambio político en España "va a comenzar en Cataluña". En su última visita a la campaña catalana, Rajoy buscaba así movilizar al máximo al votante del PP, que en las últimas generales cosechó 610.473 votos (un 16,4%) y que en cambio en las autonómicas de 2006 sólo atrajo a 316.222 personas (un 10,6%), casi la mitad.