Vitoria. Los Presupuestos vascos de 2011 tienen expedito el camino merced al Acuerdo de Bases de socialistas y populares y la ratificación de su vertiente presupuestaria que se produjo hace ya casi un mes. Panorama plácido pues para la tramitación de las Cuentas del Gobierno Vasco cuyo paisanaje político acabó de perfilarse ayer, a una semana escasa para que concluya el plazo de presentación de enmiendas al proyecto, el próximo lunes. La duda estribaba en si el Ejecutivo lograría conjurar votos contrarios en la misma medida que el año pasado -sólo EA, EB y Aralar rechazaron las Cuentas-. Y será así a tenor de la decisión del PNV conocida anoche de no presentar enmienda de totalidad a las Cuentas. Pero, sobre todo, la incógnita aún por despejar es cómo se resolverá la ecuación presupuestaria en lo relativo a los presupuestos de las diputaciones, cuya viabilidad no está tan garantizada.

Y ahí la decisión tomada ayer por el Euzkadi Buru Batzar en favor de "la estabilidad económica y presupuestaria en todas las instituciones" vaticina una votación en el Parlamento Vasco en los mismos términos que el año pasado, es decir, que el PNV repetirá abstención; pero también viene a dejar la pelota en el tejado de los socialistas, principales interpelados a la hora de sacar adelante los presupuestos de las diputaciones.

A estas alturas, se da por seguro el acuerdo de jeltzales y socialistas en la Diputación de Álava, por lo menos para que el PSE se abstenga como hiciera el año pasado. Con la prevista salida de EA del Ejecutivo foral -quizá esta misma semana si ratifica su intención de enmendar las Cuentas en el ámbito fiscal, pues el plazo para registrar enmiendas concluye el viernes- y el juego de mayorías que conforma el Ayuntamiento de Vitoria, el escenario más probable es que socialistas y jeltzales protagonicen un quid pro quo, ante el riesgo de ver decaer sus respectivos presupuestos. Las Cuentas de Xabier Agirre ya tienen sobre sí una enmienda de totalidad del PP, como ayer confirmó su portavoz en Juntas, Javier de Andrés.

Pero este caso no es, ni mucho menos, extrapolable a los otros dos territorios. Bizkaia puede ser el terreno más complejo. En primer lugar, por una interés meramente crematístico, y es que la vizcaína está llamada a ser una de las grandes batallas electorales de los comicios forales de primavera. José Luis Bilbao y José Antonio Pastor serán los protagonistas de esa pugna, y el también portavoz socialista en el Parlamento Vasco ha insistido en los últimos días en que no darán "un cheque en blanco" al PNV por el hecho de que los jeltzales hayan alcanzado un pacto en Madrid con el PSOE. En segundo lugar, porque si en algún territorio las divergencias entre unos y otros son palpables en torno a proyectos -Guggenheim Urdaibai sería el paradigma- y política sectorial también quizá por esa propia inercia electoral, ése es Bizkaia.

Bilbao tiene un voto más que la suma de PSE y PP, pero está a tres de la mayoría absoluta y, por tanto, en riesgo de que sus Cuentas pudieran decaer ante una eventual pinza del resto de la oposición. Algo similar le ocurre a Markel Olano en Gipuzkoa. En ambos casos, la sola abstención socialista permitiría sortear la prórroga presupuestaria. La intención socialista, es negociar acuerdos puntuales que abran la vía a su abstención en ambos parlamentos forales. Por de pronto, el PSE se abstuvo ayer en la votación de los Presupuestos del Ayuntamiento de Bilbao.

La decisión de no pedir la devolución de los Presupuestos vascos, "coherente" con el acuerdo firmado con el PSOE en Madrid, es defendida por el PNV como "la mejor manera de contribuir a la recuperación económica y a la creación de empleo". Un movimiento de "responsabilidad institucional" al que últimamente parece abonada la formación de Iñigo Urkullu y que, de rebote, sitúa la pelota presupuestaria de las diputaciones en el tejado socialista. Porque el EBB destaca además que esta resolución se fundamenta asimismo en los acuerdos del Consejo Vasco de Finanzas entre Gobierno Vasco y diputaciones, sustento en el que obviamente está implicado el PSE-EE.

Así las cosas, las Cuentas vascas volverán a solventar el trámite parlamentario con holgura, aunque con la previsible oposición de EA, EB, Aralar y, esta vez, UPyD.