Bilbao. Irrumpió Barack Obama con su modélica y ultratecnológica campaña electoral de 2008 e hizo tambalear los cimientos de la comunicación política. De repente, los muñidores de las estrategias de los partidos descubrieron las posibilidades abiertas por las redes sociales, aquellas ideadas para poner en contacto a las personas, desde las que el ahora decaído presidente consiguió movilizar al electorado, pero sobre todo a los militantes más jóvenes para su campaña de puerta a puerta. Atraídos por este fenómeno, dos años después no hay político de nuestro entorno que no haya abierto una cuenta en Facebook, Tuenti o Twitter. Pero la realidad dista mucho de parecerse al espejismo estadounidense. "El mejor medio de comunicación política sigue siendo el trato personal", asegura Andoni Aldekoa, jefe de Gabinete del alcalde de Bilbao, el jeltzale Iñaki Azkuna.
La segunda edición del fórum Telepolitika echó la persiana hace unos días con un debate casi a pie de plaza del pueblo entre políticos que lidian desde los gobiernos con el reto de comunicar sus logros y propuestas a los ciudadanos. Además de Aldekoa, participaron en la mesa redonda el alcalde de Barakaldo, el socialista Tontxu Rodríguez, y el candidato del PP a diputado general de Álava, Javier de Andrés.
Por una vez y sin que sirva de precedente, primó la unanimidad. A juicio de los participantes, las redes sociales no pueden sustituir a los medios de comunicación clásicos para influenciar en los electores y, menos aún, al trato personal, que sigue marcando a la diferencia en un momento en el que los políticos se han convertido en un verdadero problema para los ciudadanos, como constatan las encuestas.
Quizá fue De Andrés quien ofreció la confesión más sincera y sorprendente. Empezó siendo jefe de prensa del PP alavés hace 15 años, cuando en la sede no había ni siquiera fax y ha pasado por la revolución tecnológica hasta llegar a nuestros días. A su juicio, las redes sociales sólo atraen a dos tipos de personas: a los convencidos y a los enemigos, a los que difícilmente se puede persuadir. "Los medios de masas tradicionales siguen siendo los más importantes en la comunicación política, porque a través de ellos te llega el mensaje aunque no lo quieras oír". La radio, la televisión y la prensa, incluidos sus formatos digitales, vino a decir, llegan a un público muy heterogéneo en el que aún es posible pescar votos. "Las redes sociales siguen teniendo un alcance muy limitado".
Rodríguez sostuvo que también en los medios tradicionales no es lo mismo lanzar un frío mensaje en una rueda de prensa que el alcalde responda en la radio a una pregunta de un oyente. Lo principal sigue siendo "el contacto directo y personal". Puso como ejemplo que en uno esos programas una mujer le pidió que colocara una barandilla en su calle y así lo hizo. "Lo que es seguro es que votará socialista", resumió el alcalde de Barakaldo.
Una mención al proyecto Irekia del Gobierno de Patxi López pareció ser el preámbulo adecuado para la reflexión que planteó Andoni Aldekoa: "¿No estaremos haciendo de las redes sociales el mejor ejemplo de incomunicación, con un político sentado en su despacho y alejado de la gente?", se preguntó. Entre sus mandamientos para una buena comunicación, abogó por investigar los estados de opinión pero advirtió sobre el peligro de las redes sociales, manejados por personas que se creen "líderes de opinión" pero con escasa "capacidad electoral". Siguiendo la estela de muchos pensadores anglosajones, apoyó la primacía del high touch (alta cercanía) sobre el high tech (alta tecnología).