A lo largo de cinco siglos, una fuerte corriente migratoria vasca ha desembarcado en América, siendo los vascos y sus descendientes protagonistas de los acontecimientos más importantes de la época de la conquista, la colonia, la lucha independentista, así como de vida en las naciones emancipadas. El principal ejemplo de este protagonismo es la figura de Simón Bolívar (1783-1830), el libertador de gran parte de territorio sudamericano, cuyas raíces se encuentran en Bolibar. Pero las luchas independentistas americanas, que estos días cumplen su bicentenario, aparecen infinidad de personajes con apellidos vascos como Policarpa Salabarrieta, en Colombia; Vicenta Juaristi Eguino, en Bolivia, o Ignacio Allende y Juan Aldama, en México. La vida y obra de estos personajes han quedado recogidas en el libro Los vascos en las independencias americanas, que ha salido a la venta esta misma semana en Euskadi. La Editorial colombiana Oveja Negra, junto con el Centro Vasco-Euskal Etxea de Bogotá, ha editado la obra que aborda la influencia de los vascos y sus descendientes en los procesos independentistas de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Uruguay y Venezuela. El libro está siendo distribuido en Euskadi a través de Elkar.
La guerra de Independencia latinoamericana cumple este año su segundo centenario. La declaración se produjo en 1810 en los diferentes Virreinatos y provincias: el 19 de abril en Venezuela, el 25 de mayo en Argentina, el 20 de julio en Colombia, el 16 de septiembre en México y el 18 de ese mismo mes en Chile. Esta fecha tan destacada fue la que motivó la publicación del libro, para el que se ha contado con ocho expertos en la materia, entre ellos Alexander Ugalde y Jesús Ruiz de Gordejuela, de la UPV-EHU. Otro ejemplo del protagonismo vasco es el hecho de que un destacado número de ciudades fueran fundadas por familias vascas y que hoy en día sus descendientes representen el 20% de la población en algunos países.
Colombia
Un país con 4.000 apellidos vascos
En el capítulo dedicado a Colombia, Francisco de Abrisqueta Iraculis clasifica 4.000 apellidos vasco-colombianos hoy en día, herencia de estos cinco siglos de inmigración. "La población vasca que pasa a la colonia es, generalmente, masculina y joven. Al principio no vinieron muchas mujeres vascas", señala. Sin embargo, hay una mujer, Policarpa Salabarrieta, que fue una destacada defensora de la independencia. "Esta heroína, de carácter altivo y de buena inteligencia, conspiraba en Santa Fe contra el régimen español. Se correspondía con los patriotas de los Llanos; daba auxilios a los individuos que querían ir a engrosar en las filas republicanas; por su conducto tenían conocimiento en la ciudad los independientes de las noticias que se comunicaban, y se procuraba elementos de guerra que iban a los campamentos", explica Abrisqueta.
Como documenta el autor, la presencia de los vascos en el descubrimiento de América se dejó sentir desde los preparativos del primer viaje, en 1492. "El Almirante genovés encuentra la decidida colaboración de Juan de la Cosa, o Juan Vizcaíno, como se le llama en los documentos de entonces, propietario y maestro o patrón de la mayor de las tres naves, de la Santa María. Levantada, sin duda, en astillero vasco con maderamen de las montañas de Euzkadi, fue dotada para la histórica travesía por una mayoría de tripulantes de idéntica casta".
Bolivia
La renuncia de Fernando VII
En el apartado boliviano aparece otra figura femenina destacada, Doña Vicenta Juaristi Eguino, uno de los personajes más importantes del proceso de independencia de Bolivia, según comenta Jesús Ruiz de Gordejuela. "La casa de Vicenta se convirtió en el centro de todas las reuniones clandestinas, en donde se hablaba de libertad y justicia para el pueblo americano". Gordejuela explica en este capítulo cómo la expulsión de los jesuitas en 1767 fue la "primera convulsión importante que se iba a producir en el Alto Perú de una larga lista de sucesos que culminará finalmente en la independencia de lo que se vendrá a llamar Bolivia". Al igual que pasó en Chile y México, en 1808 comenzó a llegar información de la península, la entrada de las tropas napoleónicas y la renuncia de Fernando VII, que llevó a un estado de miedo e incertidumbre en la población de la zona, "que fue aprovechada por ciertos elementos revolucionarios para instaurar un nuevo escenario político en donde las nuevas juntas pudieran gobernar en ausencia del Rey".
Argentina
Gran Bretaña como detonante
A comienzos de siglo, Gran Bretaña puso sus ojos en Latinoamérica. Y el ataque, según Oscar Álvarez G., "comenzaría por el territorio más alejado, el Río de La Plata". "Su experiencia de ocupación de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo acabaría en desastre con la posterior derrota a manos de los criollos en el episodio de la Reconquista. Gonzalo Azua, con gran precisión, sitúa en la organización de la resistencia frente a las invasiones inglesas el momento en el que la sociedad rioplatense, y con ella los vascos nativos y originarios que residían en el virreinato, comenzó a vislumbrar la viabilidad de un futuro autónomo, libre del dominio, para unos, y protección, para otros, de la metrópoli española", señala el autor del capítulo dedicado a la independencia argentina de España.
En la Primera Junta, el primer gobierno autónomo argentino de nueve miembros conformado el 25 de mayo de 1810, fecha que marcó el inicio de la lucha independentista, estaban Miguel de Azcuénaga Basavilbaso y Juan Larrea, ambos hijos de vascos. Pero los vascos no presentaron una reacción unánime, los hubo partidarios de la independencia, pero también contrarios. Según explica el autor. Los criollos eran más partidarios de la emancipación, mientras que los nacidos en la península eran más reacios. Sin embargo, hubo también excepciones, como Tomás de Balenzategui, vizcaino llegado a Buenos Aires a finales del siglo XVIII, que abrazaba el movimiento independentista.
Uruguay
Ciudades fundadas por vascos
Montevideo está marcada por un vizcaino: Mauricio Ibáñez Zabala, fundador de la capital uruguaya. Otro vasco, esta vez el alavés José Joaquín de Viana, creó la ciudad de Maldonado. Pero en la fundación de ciudades, donde tuvieron un papel protagonista fue en Colombia. Allí, al entonces gobernador de la provincia de Antioquia, natural de Eibar, le correspondió consagrar oficialmente, en 1675, la fundación de la Villa de Medellín. A Cartagena le tocó vivir este proceso un siglo antes, en 1532, de manos de Pedro Heredia. Asimismo, uno de los primeros alcaldes de Santa Fe de Bogotá fue Jerónimo de Inza; de Cali, Pedro Ayala, y de Cartago, Martín de Arrinaga.
La llegada de inmigrantes vascos es notoria desde los años coloniales en lo que hoy en día se conoce como Uruguay. Así en el largo proceso revolucionario destacan el guipuzcoano Prudencio Murguiondo, así como Dámaso Antonio Larrañaga, Pablo Zufriategui y Francisco Xavier de Viana.
Venezuela
Bolívar como el gran Libertador
No se puede hablar de la independencia de Venezuela sin hablar de Simón Bolívar, el gran Libertador de Sudamérica. Pero en este proceso emancipador de España surgen otros nombre como José Antonio Anzoátegui, Jefe de la Guardia de Honor del Libertador. "Con Bolívar participó, sobresaliendo en todas las operaciones bélicas que toman posesión de los llanos venezolanos", explica Alejandro Cardozo Uzcátegui, autor del último capítulo de Los vascos en las independencias americanas.