Vitoria. Hoy comienza una intensa semana en la lucha judicial contra ETA y lo que se considera su entorno que arranca con un plato fuerte servido desde París. Allí se sentarán ante el juez el que fuera el líder del aparato político de la organización Mikel Albisu, Mikel Antza, y su compañera y presunta tesorera y responsable de la gestión del impuesto revolucionario, Soledad Iparraguirre, Anboto, ambos detenidos en 2004.
Junto a ellos serán juzgadas también otras nueve personas como presuntos responsables del aparato logístico o propietarios de los baserris diseminados por Iparralde en los que la Policía francesa encontró algunos de los mayores arsenales de armas y explosivos requisados a ETA en su historia. El juicio se plongará hasta el próximo 17 de diciembre.
el interminable "18/98" Ya en la Audiencia Nacional, los acusados que hoy pasarán ante el juez serán los presuntos dirigentes de Ekin -considerado parte del aparato político internacional de ETA- Peio Jon Sánchez y Unai Hernández
Este proceso se encuentra dentro del ya famoso macrosumario 18/98 que abrió el juez Baltasar Garzón, pero se celebra ahora ya que los acusados se encontraban en situación de rebeldía en el momento en que fueron juzgados los otros 56 imputados en este sumario contra lo que se consideró el entorno de ETA.
Al final de la semana, el jueves y el viernes, este tribunal juzgará también a cuatro presuntos militantes de ETA a los que Garikoitz Aspiazu, Txeroki, habría ordenado formar un comando para atentar en Navarra, y a los presuntos responsables de enviar un paquete-bomba contra el director de RNE en enero de 2002.
Para los primeros, la Fiscalía pide penas de entre 39 y 8 años de prisión por delitos de integración o colaboración con banda armada.
En el caso de los segundos -que fueron condenados recientemente por el envío de otro paquete bomba-, la acusación del Estado pide 20 años por un delito de asesinato terrorista en grado de tentativa.