río de janeiro. Los brasileños acudieron ayer a las urnas para elegir al sucesor de Luiz Inácio Lula da Silva en una jornada marcada por la ausencia de incidentes en la que los candidatos a la jefatura del Estado, la oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra, acudieron a votar arropados por sus aliados.

Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores (PT), es la principal favorita en las presidenciales y cuenta con el apoyo del jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva. Las encuestas son unánimes y le atribuyen a la candidata del PT una intención de voto que oscila entre el 50 y el 56% de los votos válidos, mientras que para Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), le pronostican cerca del 43%. En la primera vuelta del pasado día 3, Rousseff se impuso con un 46,91% dos votos válidos, frente al 32,61% de Serra. En estos comicios, 135,8 millones de brasileños votaron en segunda vuelta al sucesor de Lula, que llega a la recta final de su mandato con una popularidad del 80%, y a los nuevos gobernadores de varias regiones donde el pasado día 3 ningún candidato superó el 50% de los votos.

Dilma Rousseff votó en la sureña ciudad de Porto Alegre, donde cientos de personas la aclamaron al grito de "presidenta". La candidata del PT emitió su voto una hora después de la apertura de las mesas en la capital del estado de Río Grande do Sul, donde tiene su domicilio electoral. Acudió a su colegio electoral junto a Tarso Genro, gobernador electo de Río Grande do Sul, región que el PT volverá a gobernar a partir del 1 de enero próximo, después de 16 años en la oposición.

Lula, que votó en Sao Bernardo do Campo, se mostró confiado en la victoria de su candidata. "No tengo ninguna duda de que ella (Rousseff) va a hacer un gran gobierno para este país", dijo Lula después de votar. El presidente, elegido en 2002 y reelegido en 2006, entregará el cargo el próximo 1 de enero pues la Constitución le prohíbe un tercer mandato consecutivo. También antes del mediodía, José Serra, abanderado de la oposición, ejercía su derecho democrático en un colegio electoral de la ciudad de Sao Paulo, donde reside.

Serra, que aspira por segunda vez a la Presidencia como candidato del PSDB, aseguró que su formación ha estado motivada en estas elecciones pero calificó de "desigual" la contienda electoral, en aparente alusión al apoyo que la candidatura de Rousseff ha recibido del Gobierno.

El candidato, quien acudió a las urnas acompañado de su esposa Mónica Allende, su hija Verónica y su nieta Gabriela, calificó el proceso electoral como "una de las bellezas de la democracia".