VITORIA. El discurso económico de Patxi López supo a poco dentro y fuera del hemiciclo. Salvo el socialista, todos los portavoces, incluido su socio preferente, Antonio Bastagoiti, reprocharon al lehendakari su falta de liderazgo desde la tribuna. En los pasillos de la Cámara, políticos, analistas y periodistas compartieron reflexión: el mensaje se había quedado corto.
López sólo concretó con cifras uno de sus objetivos, el presupuesto de las empresas públicas se reducirá un veinte por ciento de media, se eliminarán 16 y se "reorganizarán" las plantillas para optimizar recursos. El ajuste del cinturón se extenderá al conjunto de la Administración General Vasca, con unos Presupuestos 2011 "austeros" en lo concerniente al gasto corriente, si bien no fijó ningún objetivo de ahorro.
También mostró el lehendakari su disposición a modificar su política de endeudamiento para sanear las cuentas públicas, que, tras 16 meses de Gobierno socialista han multiplicado por seis su deuda. El Ejecutivo, dijo López, velará además por evitar "el derroche de recursos públicos" y "tomará medidas" para que los ciudadanos no utilicen de forma abusiva los servicios y las ayudas públicas.
Al margen de la austeridad, abogó por aumentar la productividad de la economía y aplazó el debate fiscal hasta la próxima primavera tras haber hecho de la reforma tributaria uno de sus caballos de batalla desde que pisó Ajuria Enea.
"logros" del Ejecutivo Poco más ofreció en el ámbito económico, al que dedicó un tercio de hora y media de discurso, pero centrándose sobre todo en los "logros" cosechados por su Gobierno departamento a departamento. Según afirmó, los actuales consejeros han conseguido "hacer más, con menos" recursos económicos.
"No es tiempo de promesas, sino de hechos y realidades", se defendió más tarde el lehendakari cuando tanto la oposición como el PP le reprocharon que acudiera al Parlamento sin propuestas concretas. Antes, durante su discurso, López lanzó varias cargas de profundidad contra el anterior Ejecutivo. "Esa época de despilfarro ha terminado", "en Euskadi el embate de las crisis fue más rápido y más duro que en España", pero "no se dijo la verdad a la ciudadanía".
El pleno estaba marcado asimismo por el éxito de la negociación del PNV en relación a la transferencia de las políticas activas, y la incómoda posición en la que ha quedado el lehendakari. El terreno estaba abonado a un enfrentamiento con el portavoz jeltzale en el debate y cuando Joseba Egibar subió a la tribuna saltaron chispas. El primer choque se produjo en torno a la política de deuda. Egibar utilizó la información sobre Tesorería remitida por el Gobierno al Parlamento para negar que fuera necesario alcanzar el nivel de endeudamiento actual, un 6% del PIB, y las previsiones a medio plazo, que elevarán el listón hasta el once por ciento. La "caja no estaba vacía" cuando entró el PSE en Gasteiz, dijo el parlamentario del PNV, muy crítico de nuevo con el crédito pedido por Lakua para hacer frente a gasto corriente.
En su respuesta, Patxi López dijo que el nivel de deuda actual es "aceptable", porque cuando llegó a Ajuria Enea estaba en mínimos. Había margen debido a la gestión de los anteriores ejecutivos. Multiplicar por seis el endeudamiento puede parecer desproporcionado, pero no tanto si se tiene en cuenta que el listón estaba por debajo del uno por ciento, argumentó.
Egibar le preguntó por su modelos industrial y por los resortes de impulso de competitividad, el lehendakari insistió en remitirse al listado de actuaciones que había leído por la mañana.
marcaje del pp Las diferencias de populares y socialistas en Madrid entraron en el Parlamento vasco de la mano de la economía durante la intervención de Antonio Basagoiti. El líder del PP vasco aseguró que Zapatero e Ibarretxe "compartieron fórmula económica", y que PNV y PSOE son los culpables "del descalabro económico".
Abierta esa puerta, Basagoiti criticó la "autocomplacencia" del Gobierno vasco y le recordó al lehendakari que queda mucho por hacer. Ahondó de este modo en la polémica generada hace dos semanas cuando desde Lakua se anunció que la crisis había terminado y cuatro días después se apeló a la cautela ante los riesgos que persistían."Hay mucho que hacer todavía", dijo, y sembró dudas sobre el liderazgo de López.
El lehendakari negó haber dicho que la CAV ya había salido de la crisis -fue el consejero de Economía, Carlos Aguirre, y su número dos, Andrés Araujo, quienes protagonizaron las dos declaraciones contrapuestas- e intentó despejar las dudas generadas en torno a su acción de gobierno. En esa tesitura, acabo defendiendo en Gasteiz las medidas tomadas por Zapatero en Madrid, enmarcando el debate en un ámbito más propio del Congreso que del Parlamento. Incluso ante las críticas de Basagoiti por el "papelón" de López en la negociación de las políticas activas de empleo, respondió lamentando la falta de responsabilidad del PP por negarse a apoyar los Presupuestos del Estado y restarle así protagonismo a los jeltzales.