VITORIA. El lehendakari aplazó ayer el debate sobre la fiscalidad a la próxima primavera, cuando ya estén constituidas las nuevas diputaciones. López dio en su discurso un giro de 180 grados en ese ámbito, donde desde su llegada a Ajuria Enea ha defendido la necesidad de tomar medidas para frenar la caída de la recaudación de impuestos.
Toda la presión que había intentado poner sobre las diputaciones se diluyó a las puertas de la reunión del Consejo Vasco de Finanzas el próximo mes en un momento en el que la recaudación empieza a recuperarse. Las cajas de las administraciones vuelven a llenarse, no hay urgencias y la fiscalidad pasa a un segundo plano. López vinculó más tarde su decisión a la negativa de las haciendas forales a abrir el debate, pero lo cierto que las diputaciones siempre han apostado por separar esa cuestión de la crisis y enmarcarla en un escenario de mayor estabilidad dentro de un diálogo sosegado sin urgencias.
De hecho, la relación entre las haciendas forales por un lado y la del Ejecutivo por otro se han enrarecido por los intentos de Lakua de acelerar ese debate. Hasta el punto de que cuando las diputaciones solicitaron en mayo que pensionistas y parados accedieran a incentivos fiscales, López respondió demandando propuestas globales para todos los contribuyentes.
Los diputados generales, presentes en el pleno, no quisieron valorar el viraje. Sin embargo, fuentes forales consultadas por este medio recordaron que, pese a la presión de Gasteiz, el Departamento de Hacienda no ha realizado ninguna propuesta en firme en ese ámbito en ninguno de los foros en los que se reúnen habitualmente. La portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, fue una de las voces más críticas con la decisión. En su opinión, se trata de un debate urgente. "Esto no es serio porque no se puede hablar todo un año de la necesidad de abrir el debate y luego anunciar que lo pospone. No es digno de un lehendakari", indicó.