Bilbao
LA "prosa confusa" de los últimos comunicados de ETA, según definición del presidente del EBB, Iñigo Urkullu, puede al final sintetizarse en una sóla frase, que contiene el titular o la verdadera novedad del escrito en cuestión. En el caso del comunicado hecho público ayer en su totalidad, se trató de la disposición de la banda a analizar con los mediadores internacionales los pasos establecidos en la Declaración de Bruselas. Respecto al vídeo que la BBC difundió el pasado día 5, todos los titulares se los llevó el anuncio de que el grupo armado "hace algunos meses tomó la decisión de no llevar a cabo acciones armadas ofensivas".
La cuestión temporal, que en lo referente al discurso leído por tres activistas encapuchados quedaba en el aire con la mención al "hace algunos meses", se ha clarificado ahora en este nuevo comunicado. Y es que en el mismo, la banda sitúa su decisión de parar los atentados medio año atrás en el tiempo, antes incluso de que, el pasado 29 de marzo en Bruselas, una veintena de personalidades y expertos en la resolución de conflictos encabezados por el sudafricano Brian Currin exigieran a ETA la declaración de "un alto el fuego permanente y completamente verificable".
El comunicado publicado ayer por Gara y Berria es explícito al respecto. "Han pasado seis meses desde la Declaración de Bruselas de marzo (...). Como es sabido, en estos seis meses ETA no ha llevado a cabo acciones armadas. Para entonces ETA ya había dado la orden de cesar en sus acciones a los grupos operativos que tenía preparados", asegura en uno de sus párrafos más clarificadores.
Se da la circunstancia de que, poco antes de que Currin diera lectura a la declaración de los mediadores internacionales en el Parlamento Europeo, ETA llevó a cabo su último asesinato hasta la fecha. Sin embargo, el mismo no fue fruto de un atentado premeditado, sino de un enfrentamiento de media docena de activistas con la Policía francesa tras ser descubiertos robando vehículos en un concesionario al sur de París. Sucedió el 16 de marzo y, como resultado del tiroteo, falleció el gendarme Jean-Serge Nérin, que pasó a la historia como el primer miembro de los cuerpos de seguridad franceses asesinado por la banda.
Pero en lo que a atentados planificados con resultado de víctimas se refiere, se ha superado ampliamente un año sin acciones mortales, desde que el 30 de julio de 2009 una bomba lapa adosada a los bajos de su todoterreno acabara con la vida de los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá en Palmanova (Mallorca).
Estos catorce meses sin asesinatos premeditados suponen una cifra de auténtico récord, tan sólo superada por los tres años que ETA estuvo sin matar en la antesala del último proceso de paz, que arrancó oficialmente con el alto el fuego decretado el 22 de marzo de 2006. Ningún otro periodo entre treguas estuvo precedido de un lapso de tiempo tan largo sin muertos, ni en las conversaciones de Argel -111 días sin asesinatos- ni tras la llegada de José María Aznar a La Moncloa -166 días, el doble de las jornadas que ETA estuvo sin apretar el gatillo antes de decretar la tregua posterior al pacto de Lizarra-.
Presión El escenario inmediatamente anterior a la Declaración de Bruselas y, por tanto, coincidente con la decisión de ETA de silenciar las armas, en apariencia sin un plazo delimitado, se enmarca a su vez en la presión que está sufriendo la banda en los ámbitos policial y judicial. Una media de un detenido cada tres días durante este año así lo atestigua, lo que se ha traducido en la sucesiva desarticulación de sus comandos y en el descabezamiento de su cúpula hasta en seis ocasiones desde la ruptura oficial de la anterior tregua, en junio de 2007.
Cabe subrayar el arresto, el pasado 28 de febrero en Francia, del entonces número uno de la banda, Ibon Gogeaskoetxea, un éxito policial que vino a acentuar la situación de verdadera asfixia de ETA y que ha podido contribuir a su decisión de descartar los atentados.