vitoria. El lehendakari marcó ayer distancias con el presidente de su partido, Jesús Eguiguren, que viene pidiendo al Gabinete López que lidere la puesta en marcha de un nuevo tiempo tomando decisiones "valientes" en la búsqueda de un futuro de paz respondiéndole que la fe no basta para cambiar de rumbo.
López aprovechó su presencia en el Foro Liderazgo Euskadi para reivindicar que es él quien protagoniza la estrategia de las instituciones vascas, y que es precisamente eso lo que ha llevado al MLNV a su mayor momento de debilidad. Por eso, concluyó que quizá "liderar no sea hacer proclamas", sino mantener "la calma" y no salirse de la aplicación de la receta policial, por mucho, dijo, que "a algunos no les guste y prefieran jugar con todo" para debilitarle.
El dirigente socialista se felicitó una vez más de que todos los partidos hayan dicho "casi lo mismo" tras el último comunicado de ETA y trató de acortar la brecha con Eguiguren asegurando que, en el fondo, "piensa lo mismo que todos": que la declaración de la organización armada "no supone nada nuevo".
mesa de diálogo político Sin embargo, tras la uniformidad de la respuesta ante el anuncio de ETA que afirma percibir el PSE se esconde un amplio abanico de matices que ayer tomaron forma de discrepancia en boca de Ezker Batua y de la organización pacifista Lokarri.
El parlamentario de EB, Mikel Arana, recogió el guante lanzado por Eguiguren y emplazó al Gobierno Vasco a que "tome la iniciativa" convocando un "foro multipartito" en el que estén presentes todas las formaciones políticas -incluida la antigua Batasuna- para "sentar las bases de lo que puede ser un futuro sin violencia en Euskadi". Arana lamentó la "falta de altura de miras" de López ante un momento en el que "se ha abierto una posibilidad de alcanzar la paz y la normalización en Euskadi", por lo que pidió "a todos" nuevos pasos.
Del mismo modo, Lokarri pidió también a López que abra un diálogo sin exclusiones para establecer las "condiciones, principios, contenidos y agenda de un proceso de acuerdo entre los partidos políticos vascos" en una rueda de prensa en la que también subrayó como claves para que un proceso de paz sea viable la "irreversibilidad" del alto el fuego y la "legalización" de Batasuna.
Ante estas propuestas, UPyD rechazó sentarse en una mesa de este estilo, mientras que los portavoces del PP vasco cargaban contra la posibilidad de tender puentes de diálogo y reclamaban reformas en la Ley electoral que "tapen vías" a quienes quieran "burlar la Ley". De hecho, Basagoiti angostó la posibilidad de dialogar siquiera con EA -que, dijo, defiende un proyecto independentista "antidemocrático"- antes de afirmar que la cárcel "le sienta bien a Otegi" vista la evolución de la izquierda abertzale ilegalizada.
Más conciliador, aunque exigente, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu afirmó que ha llegado el momento de que este sector "se libere" de sus "ataduras históricas" y confió en que presente una nueva formación que "disocie" política y violencia.